La Fiscalía de Menores de Granada recabará información del Ayuntamiento de la capital y de la Subdelegación del Gobierno sobre la existencia o no de controles y el dispositivo de seguridad, policial o sanitario, en el botellódromo durante la trifulca que tuvo lugar en la madrugada del pasado jueves 31 de octubre, que se saldó con cuatro heridos, entre ellos un policía local, y siete detenidos, cuatro de ellos menores de edad.

En declaraciones a Europa Press, el fiscal coordinador de Menores de Andalucía, Rogelio Muñoz Oya, ha explicado que el expediente de investigación de lo ocurrido aún está siendo instruido y que en los próximos días librará un oficio a las administraciones pertinentes para aclarar "si en este tipo de aglomeraciones" es habitual o no adoptar medidas de protección y control, no sólo sobre el consumo de alcohol por parte de menores sino también en lo que respecta a los efectivos sanitarios y policiales.

Durante la riña, fueron arrestadas siete personas, todos de origen magrebí. En principio se creía que cinco de ellas eran menores de edad, si bien después se constató que uno de ellos tenía cumplidos los 18 años, con lo que pasó a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de Granada, en funciones de guardia el pasado viernes, junto a otros dos adultos, que quedaron en libertad aunque imputados por lo ocurrido.

Los menores, de los que tres residen en un centro de protección de la Junta de Andalucía y un cuarto con su familia, según informa el diario 'Ideal' de Granada, que avanza en su edición de este martes las pesquisas de la Fiscalía de Menores, también quedaron en libertad.

La pelea se desencadenó en torno a la 1,30 horas de la madrugada del jueves pasado, cuando los jóvenes supuestamente comenzaron a molestar a los participantes y a arrojarles botellas, una de las cuales impactó contra un agente de Policía Local que se había desplazado al lugar de la reyerta junto a otros efectivos de Policía Nacional.

Como consecuencia, el agente tuvo que recibir puntos de sutura en la cabeza pero no tuvo que ser trasladado a un centro hospitalario, como sí ocurrió con tres jóvenes que resultaron heridos de carácter leve, con cortes producidos por los cristales rotos de las botellas arrojadas.