Absuelven al hermano de Maite Zaldívar acusado de falsear el contrato de compra de un apartamento

La Audiencia de Málaga dictará sentencia absolutoria para Jesús Zaldívar, hermano de Maite Zaldívar, exmujer del que fuera alcalde de Marbella (Málaga) Julián Muñoz, que había sido acusado de falsear el contrato de compra de un apartamento del hotel Guadalpín, donde se alojó Zaldívar tras la separación. Así, la absolución se produce después de que la Fiscalía retirara la acusación que mantenía contra él al final del juicio.

La Audiencia de Málaga dictará sentencia absolutoria para Jesús Zaldívar, hermano de Maite Zaldívar, exmujer del que fuera alcalde de Marbella (Málaga) Julián Muñoz, que había sido acusado de falsear el contrato de compra de un apartamento del hotel Guadalpín, donde se alojó Zaldívar tras la separación. Así, la absolución se produce después de que la Fiscalía retirara la acusación que mantenía contra él al final del juicio.

La vista oral se ha celebrado este miércoles en la Sección Tercera de la Audiencia y han declarado como testigos Muñoz y Maite Zaldívar —ambos acusados en la causa que se sigue por blanqueo de capitales en la que también están procesados el hermano de Maite y la cantante Isabel Pantoja—. También han sido testigos dos exresponsables de Aifos, promotora del hotel, que han sido juzgados en el caso 'Malaya'.

La Fiscalía acusaba al excuñado de Muñoz, Jesús Zaldívar, de los delitos de estafa procesal y falsedad en documento privado, al considerar en sus conclusiones provisionales que éste, como representante de la empresa Senior, presentó una demanda en un juzgado de primera instancia marbellí para elevar a público el contrato de compraventa del apartamento 307 —o 305, según la numeración— del complejo Guadalpín.

La acusación pública sostenía en su escrito inicial que ese contrato, con fecha de septiembre de 1999 y que se presentó con la demanda, "no era genuino y que había sido manipulado fraudulentamente en su contenido, pretendiendo mediante esta argucia la estimación de la demanda —presentada contra Aifos, promotora del inmueble— y el dictado de una sentencia a su favor". Por esto, solicitaba una pena de tres años de prisión y multa de 4.050 euros.

El acusado ha declarado que recibió el contrato en la casa de su entonces cuñado y que el documento ya estaba firmado, algo que Muñoz ha corroborado, apuntando éste que a él se lo dio el director comercial de Aifos, Francisco García Lebrón, en el Ayuntamiento y que entendió que la firma era de él. No obstante, éste, que ha declarado como testigo, lo ha negado, admitiendo sólo que entregó el contrato a Muñoz y que iba firmado, pero no por él.

Así, Jesús Zaldívar ha dicho que no se hicieron pagos a Aifos por el apartamento y que en 2004 hubo contactos con el director comercial, pero finalmente se presentó la demanda para elevar a público el contrato, algo con lo que, ha dicho, "no tuve intención de engañar a nadie", insistiendo en que no falsificó la firma y en que no pensó entonces ni cree ahora que el contrato sea falso. Además, consideró en todo momento que el apartamento era de la empresa que representaba.

De hecho, ha dicho, en primavera de 2003, tras la separación de Julián Muñoz, su hermana Maite se alojó durante un año en dicho apartamento, aunque no fue hasta 2006, ya una vez iniciada la operación 'Malaya', cuando la promotora le reclamó a ésta el dinero por el uso. Al respecto, ella ha asegurado en su testimonio que la trataron "como propietaria" y no como huésped el tiempo que estuvo y que se fue allí porque "pensé que era mío".

El exalcalde marbellí ha querido dejar claro que nunca ha tenido un apartamento en Guadalpín y que no pagó nada de ese inmueble, algo que ya ha declarado en la otra causa por blanqueo de capitales en la que está acusado junto a los hermanos Zaldívar. Además, Julián Muñoz ha reiterado que se lo dio García Lebrón en el Ayuntamiento y su única intervención fue llevar el documento a su casa.

Los entonces representantes de Aifos no han reconocido su firma en el documento, aunque en el juicio no han llegado a decir que el contrato sea falso. Uno —Genaro Briales— ha considerado que no tiene validez porque, en todo caso, tendría que haber sido ratificado por él y no lo fue; mientras que el otro —García Lebrón— ha reiterado que la firma no es suya, aunque una perito que ha comparecido ha dicho que hay un 99 por ciento de posibilidades de que sí lo sea.

Todos los testigos han coincidido en que el documento llevaba una firma del vendedor y en asegurar que la fecha del contrato, 1999, es errónea. El apartamento finalmente se vendió a una tercera persona, según ha dicho uno de los que fuera responsable de la promotora.

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