Apenas lleva nueve meses al frente de la Conselleria de Educación, una de las carteras ‘calientes’ del Gobierno valenciano. Encara su primer arranque de curso en una coyuntura marcada por los recortes presupuestarios y los ajustes en los centros educativos, con más alumnos y menos docentes.

¿Cuál es la principal novedad con la que su departamento encara el inicio del curso?

El distrito único va a ser el proyecto estrella de este año porque va a implicar cambios importantísimos. Si damos libertad a los padres significará que elegirán los centros no solo por su proximidad sino por el proyecto educativo que tiene ese centro. Nuestra idea pasa porque los centros tengan autonomía pedagógica y que elaboren sus proyectos a partir del contrato-programa diferenciado, con una política educativa orientada hacia el conocimiento de lenguas extranjeras, de las nuevas tecnologías o de determinados valores como el emprendurismo. Se trata de un modelo de familia que se dirija a ese centro con independencia de la distancia porque quiere eso para sus hijos.

¿Eso incluirá también a los centros concertados?

A todos.

¿Cómo se hará la nueva baremación?

Ahora la mayor puntuación es por residencia. Con la nueva baremación la dará tener un hermano en el centro o el condicionante de renta. Para una familia tener tres hijos y que cada uno vaya a un centro es una verdadera locura. Tenemos que intentar favorecer el agrupamiento familiar.

¿Cuándo entrará en vigor?

El curso que viene. Es algo que va a cambiar las cosas porque los padres van a empezar a elegir en función de qué aporta el colegio y los centros se verán motivados a hacer un proyecto diferenciado y que sea atractivo para los padres.

¿Qué otros criterios tendrán los padres para elegir centro?

Esta Conselleria va a dar absoluta transparencia a la evaluación diagnóstica. Vamos a dar los resultados para que los padres sepan cómo van los niños en función de los centros. Los resultados de esa prueba de evaluación que se hace todos los años y que normalmente no se suele dar a conocer, queremos que todos los padres de ese centro vean los resultados de la diagnóstica de sus hijos, que lo tengan colgado en el tablón de su propio centro y vean cómo van sus hijos en cada asignatura. Eso permitirá a los padres conocer qué asignaturas es necesario reforzar y a partir de ahí que sea un elemento más para seguir mejorando el mismo centro.

¿Se trata de que los padres puedan elegir centro en función de los resultados de los alumnos?

Sabemos que los rankings entre colegios están prohibidos por la LOE. Pero una cosa es un ranking y otra dar a conocer los resultados de la diagnóstica. Nosotros vamos a facilitar a los padres los resultados. Los padres van a poder valorar los centros en los que les interesa matricular a sus hijos en función de varias cosas: el proyecto educativo, el proyecto lingüístico, el contrato-programa y los resultados de la evaluación diagnóstica, que va a ser fundamental. Se trata de información que tendrán los padres para valorar mejor la elección una elección tan importante como la del colegio al que van a ir sus hijos.

¿En qué va a consistir el diagnóstico precoz con el que quieren combatir el fracaso escolar?

Se va a realizar sobre todo en Infantil. Nosotros hemos visto que si nos podemos adelantar de alguna forma en la detección de problemas del niño en el habla, en la escucha, podremos mejorar su rendimiento académico ofreciéndole un aula de comunicación y lenguaje. Cuanto antes hagamos el diagnóstico, antes y mejor podremos tomar las medidas. Hemos trabajado con la Conselleria de Sanidad para elaborar un protocolo, es decir, una serie de indicadores que manifiestan conductas-tipo que puedan llevar a sospechar a los docentes que el chico tiene, por ejemplo, hiperactividad. De este modo, podemos remitirlo para que se haga el informe médico oportuno y detectarlo de forma precoz para tomar las acciones oportunas.

Su departamento planea un “ajuste” en la construcción de nuevos centros escolares públicos. ¿Cuántos se están replanteando?

Ahora mismo hay muchísimos centros proyectados en Ciegsa. Sobre este tema, lo más importante es ver que nuestra prioridad máxima en infraestructuras es acabar con las aulas prefabricadas y sobre todo los centros construidos íntegramente con prefabricadas. A partir de ahí, dijimos que este nuevo proceso de escolarización y el incremento de las ratios han sacado a la luz que tenemos que hacer un nuevo mapa escolar de cada municipio y que ese mapa escolar nos iba a indicar qué oferta y qué demanda hay. Por lo tanto, en algunos municipios donde se proyectaba un centro público hay más demanda de la concertada y podrían ser candidatos a un CIS. O al contrario, municipios con una demanda muy fuerte de escuela pública en los que exista una concertada que no haya superado la ratio y sabemos que ahí es oportuno hacer una escuela pública. Esto, junto al aumento de las ratios y la presencia de alumnado extranjero, nos ha cambiado el mapa escolar de muchos municipios.

¿Ve factible eliminarlos en cuatro años como prometió el presidente Fabra?

Sí, vemos factible la eliminación de muchísimos centros con aulas prefabricadas. Con el distrito único se están eliminando problemas de elección de centro en otras zonas de la ciudad a las que antes los padres no se podían dirigir. Estamos intentando descongestionar zonas que a lo mejor están saturadas de demanda y no hay suficiente oferta de la pública y esos niños pueden elegir otro tipo de centro. Todo esto responde a un proyecto que está totalmente hilado.

¿El distrito único se implantará por fases o de golpe?

Será generalizado en todos los municipios y, en aquellas grandes ciudades, no solo por población sino también por extensión, nos tendremos que plantear hacer dos zonas. Alicante por ejemplo ya tiene dos zonas y posiblemente permanecerá así. En Valencia lo deseable serían dos zonas, ahora tiene seis o siete. En el resto de municipios, zona única ya.

¿Qué fechas manejan para adjudicar los primeros centros CIS?

Los pliegos saldrán a finales de septiembre o principios de octubre. A partir de ahí empezará la licitación, la baremación y la construcción. Como máximo hablamos de un periodo máximo de 18 meses y pensamos que el año que viene hay que iniciar la construcción. Para el curso 2013/2014 sería muy justo que arrancaran. Pero desde luego, en 2014/2015, sí.

¿En qué municipios estarán?

Estamos ultimando ahora ese aspecto. Estamos viendo qué municipios son más proclives en función de la última escolarización y la demanda que ha habido de centros concertados.

¿Considera que fue un error hacer universal el bonolibro y haber dado marcha atrás en tan poco tiempo?

No, considero que en esos momentos los ingresos del Gobierno valenciano de alguna forma hacían posible que se generalizaran esas ayudas. Es verdad que la situación de ahora es bien distinta. Estamos en un nivel de ingresos de 2003: hay más familias que necesitan más ayudas. No fue un error, fue una apuesta del Consell acertada. El escenario general y el particular de cada uno está cambiando, todos estamos cambiando nuestros hábitos de consumo, nuestro día a día, y el Gobierno valenciano también tiene que amoldarse al escenario económico en el que se encuentra. Eso ha propiciado que muchos alumnos tuvieran ayudas durante muchos años; la consolidación del bono infantil ha generalizado la escolarización de 0 a 3 años, que es muy importante, y se ha propiciado la mejora de nuestro sistema educativo. Ahora, hay que ayudar al que más lo necesita.

¿El bono infantil seguirá siendo universal los próximos años?

Si podemos, desde luego, mantendremos la universalidad del bono infantil porque es una educación no obligatoria y por lo tanto corremos el riesgo de que los padres, en una situación económica adversa, dejen de escolarizar a sus hijos. Pensamos que la educación infantil es una etapa importantísima para el desarrollo futuro del alumno.

La alternativa al bonolibro viene por los nuevos bancos de libros y la reutilización. ¿Se implantarán de forma generalizada?

Absolutamente. Hay una respuesta tremenda y muy positiva por parte de las AMPA. Hablaba hace un rato con un director de Castellón y me decía que el AMPA había fijado un plazo para recoger los libros y otro para demanda. Pues prácticamente todos los alumnos de 5º y 6º de Primaria que habían solicitado libros reutilizados los habían conseguido. Es decir, la gente sí que está por la línea de trabajar por la reutilización, por la conservación del material, y esto también comporta un valor que es importante como el cuidado del material escolar y también el aspecto medioambiental. Las AMPA nos están ayudando muchísimo, están haciendo un papel fundamental.

¿Cómo se lo ha tomado el Gremio de Libreros la reutilización de libros? Hace años esta Conselleria aludía a este factor para no potenciar la reutilización y fomentar la compra.

Yo creo que la reacción no ha sido negativa por una causa: en otras comunidades se han eliminado todas las ayudas a la compra de libros y solo se ha apostado por el banco de libros. Por ejemplo, Madrid. Pero claro, en esta comunidad se ha mantenido las ayudas a la compra de libros y de forma paralela se ha fomentado la reutilización. Es decir, el Gobierno está invirtiendo la misma cuantía en ayudas de libros. Antes eran 105 euros para todos los niños y ahora son 125 para el que lo necesita. Por lo tanto, no se puede decir que el Consell haya hecho ningún tipo de acción que vaya en perjuicio de este sector. Está manteniendo su actividad pero sí que es verdad que está fomentando por otro lado la reutilización, porque entendemos que es un momento para propiciar ahorros para las familias. El sector no se ha manifestado excesivamente en contra porque ha visto que el Gobierno mantiene también las ayudas a la compra.

¿La reutilización está más enfocada para los alumnos de Primaria?

Claro. Normalmente la implicación de las AMPA es mayor en los centros de Primaria, donde está funcionando muy bien. Todo esto no quita para que vayamos gradualmente apostando por una especie de concurso entre los docentes, para que ellos puedan elaborar su propio material didáctico y la Conselleria pueda promocionarlo. Y otro escenario en el que ya nos movemos es el del libro digital. Muchos centros están apostando ya por las tabletas para que el profesorado elabore con ella sus materiales propios. Por ejemplo, sabemos que las licencias de todo un curso en una tableta pueden costar a un alumno alrededor de 60 euros.

¿Teme que sea un curso conflictivo?

Agradezco muchísimo que está siendo un inicio de curso muy tranquilo. Estos nueve meses me han demostrado que hay muchos y grandes profesionales en la educación en la Comunitat Valenciana. Gente implicadísima que, a pesar de vivir unos momentos difíciles de ajuste y disconformidad, porque a nadie nos gusta que nos alteren las condiciones laborales, están ejerciendo su trabajo con mucha responsabilidad.

Uno de los problemas que prendió la mecha de las protestas fueron los retrasos en el abono de los gastos de funcionamiento a los centros, como en el IES Lluís Vives. ¿Está la Conselleria al día en los pagos para este curso?

El IES Luis Vives disponía de fondos suficientes para afrontar los gastos diarios y eso lo reconoció hasta la misma directora. La mecha no se prendió por la falta de pagos. Había habido un retraso en los dos últimos cuatrimestres, y lo que hizo que se propiciara el movimiento social fue el decreto 1/2012, que era el que afectaba exclusivamente a la retribución de los profesores en lo referente a los sexenios. Por lo tanto, pienso que hay que desmitificar que hubiera una falta de pago. Efectivamente hubo un retraso, pero esto vino de la mano de otra serie de circunstancias. Ahora mismo estamos al corriente de los pagos en la escuela pública, de todos los gastos de mantenimiento. Yo, desde luego, he de decir que el Gobierno valenciano y sobre todo el presidente, está convencido y además me lo dice continuamente, que hemos de intentar no retrasarnos en esto que es tan fundamental, tenemos que ir al día.