Era menor de edad cuando alcanzó la fama gracias a Los cien golpes, una novela en la que hablaba sin ambages de orgasmos y penetración. Ahora, la siciliana Melissa P. retoma el género en Tres.

Su primer libro escandalizó a la sociedad siciliana. ¿Cómo ha sido la reacción con 'Tres', más de ocho años después?

Los cien golpes no escandalizó en Sicilia, sino en el resto de Italia. Existe la creencia de que los sicilianos son cerrados y tienen una mentalidad medieval, pero es mentira: la gente del norte del país es mucho más retrógrada que la del sur. En cuanto a Tres, ha impactado  sobre todo por el mensaje, que dice que uno puede formar una familia como quiera: con dos hombres, con dos mujeres...

Sin embargo, en los desenlaces de sus novelas no es extraño que triunfe la monogamia. ¿Al final prevalen los valores tradicionales?

No, en esos casos lo que domina es el miedo de las protagonistas a vivir de una manera que la comunidad no acepta. La gente parece ahora más liberal, pero solo lo es en apariencia, no en la esencia.

¿Por qué cree que su público es mayoritariamente femenino?

Porque hablo de sentimientos femeninos y las mujeres se identifican con ellos. Y porque nosotras disfrutamos leyendo sobre otras mujeres, nos gusta saber cómo viven y, si es el caso, adoptar aquellas de sus pautas que nos pueden ayudar a mejorar.

¿Es la novela erótica la nueva novela rosa del siglo XXI?

No creo que mi novela sea erótica. Además del sexo, toco otros temas: en el primer libro, hablaba de la dificultad de crecer en la adolescencia;  en el segundo, de la maternidad. Es curioso que cuando un escritor incluye pasajes de sexo en su obra, no se convierte necesariamente en novelista erótico,  pero si quien lo hace es una mujer, siempre se le cuelga la etiqueta.

¿Aún extraña que una mujer relate escenas subidas de tono?

En realidad, las mujeres suelen hablar con más frecuencia de sexo que ellos, que hablan más de guerra, de política... Las mujeres son más salvajes, más valientes y tienen más coraje para contar episodios con contenido sexual. Y siempre lo han hecho, ¡Safo (de Lesbos) ya lo hacía 600 años antes de Cristo!

¿Y por qué ahora este 'boom'?

Estamos en un mundo muy voyeurístico y cada vez más moralista. Cuando un lector encuentra un libro que incluye sexo, se activa algo en su interior que le empuja a querer saber más. La gente, hoy en día, siente curiosidad sobre la realidad de los demás. La cultura gira en torno a la realidad, mientras que la fantasía o los mundos alternativos  se han dejado de lado.

¿Hay que hablar a las mujeres de forma distinta que a los hombres cuando se trata de sexo?

Yo no hago distinciones. Como lectora, prefiero la literatura erótica escrita por hombres, como Henry Miller, que la femenina. Creo que ellos se acercan más a lo que yo escribo.

¿Hay algún nombre español que destacaría?

Escribí mi primer libro después de leer Las edades de Lulú de Almudena Grandes. Me gustó muchísimo, fue lo que me empujó a escribir. Quería lograr una novela similar.

Nació en 1985 en el pequeño pueblo de Acicastello (Sicilia). Saltó a la fama con el libro Los cien golpes, un diario que revelaba una vida sexual extrema durante su adolescencia. El texto se distribuyó en 40 países y fue llevado al cine. Además ha publicado la novela El aroma de tu aliento (2005) y En nombre del amor (2006), en el que acusaba a la Iglesia católica de interferir en la escena política italiana. En 2012 ha publicado Tres, con el que recupera la novela erótica.