Stephen y Timothy Quay, gemelos idénticos nacidos en Pennsylvania (EE UU) en 1947, deben buena parte de su gusto por los muñecos desmembrados, los detritos, la oscuridad y los objetos polvorientos a los rastros y mercadillos de viejo a los que iban cuando eran niños con sus padres, aficionados a los antigüedades. La otra caracterísitica de sus películas —el lirismo tenebroso y existencial— quizá proceda de la gran cantidad de inmigrantes centroeuropeos y de Europa del Este asentados en la zona.

Durante los últimos 33 años, los hermanos Quay —así firman como creadores, como si se tratara de una sola persona— han realizado de manera autosuficiente centenares de películas, sobre todo cortos y mediometrajes, y vídeos en stopmotion. Su toque surreal, de una triste y equívoca candidez y de enorme sensulidad, con referencias a la literatura de, entre otros, Kafka, ha influido de una manera decisiva en la estética de muchos clips musicales y films de las últimas décadas. Sin embargo, siguen siendo artistas de culto y minorías.

Todo puede cambiar esta semana. El día 12 de agosto se inaugura en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), una de las instituciones que detenta la capacidad de convertir en moda lo que se exhibe en sus salas, la primera exposición integral de la obra densa, compleja y bellísima de este par de creadores humildes y poco amigos de la fama y el regodeo social.

La muestra se titula, muy a propósito con los códigos visuales de los protagonistas, Quay Brothers: On Deciphering the Pharmacist's Prescription for Lip-Reading Puppets (Los hermanos Quay: sobre descrifar la receta del farmacéutico para muñecos que leen los labios). Estará en cartel hasta el 7 de enero de 2013.

Se trata de una integral con todas las de la ley: nada menos que 300 obras entre las que hay piezas que nunca antes habían salido de los Estudios Koninck, cuartel general de los Quay en Southwark, al sur de Londres. La muestra no se reduce a las películas y vídeos: también se expondrán los decorados que los cineastas autosuficientes construyen con sus manos, los anuncios que han realizados para la televisión, los videoclips musicales que han dirigido y los bocetos, dibujos y trabajos caligráficos en los que se han implicado.

"La obra de los hermanos Quay procede de una estética personal única de significados disfrazados, accidentes creativos, errores marginales y collage. A pesar de que puedan parecer un poco oscuros a primera vista, los Quay han realizado importantes incursiones en la cultura pop contemporánea y esta exposición es una oportunidad única para un museo y sus visitantes", dice el coordinador de la muestra, Ron Magliozzi, del Departamento de Cine del MoMA.

Desde sus proyectos como estudiantes de Artes de finales de los años sesenta, los gemelos Quay han producido más de 70 películas, incluyendo dos largometrajes, varios documentales y proyectos personales de gran impacto, entre ellos Street of Crocodiles (1986), basada en la obra del escritor polaco Bruno Schulz y elegida por el director Terry Gillian como una de las mejores diez películas de animación de todos los tiempos; la serie Stille Nacht (1988–2010), e  Institute Benjamenta (1995), sobre una novela de Robert Walser.

El ambiente de sus películas tiene mucho que  ver con el expresionismo centroeuropeo y la novela gótica, pero su catálogo de intereses, influencias y referencias va más allá y los espectadores pueden encontrar pistas que conducen al avant-garde, la ópera, la literatura científica médica, la literatura de Italo Calvino o Louis-Ferdinand Céline o la música dodecafónica de Karlheinz Stockhausen, con quien colaboraron durante varios años.

Los Quay también han trabajado como diseñadores gráficos (entre sus obras están la cubierta y las ilustraciones de la primera edición de la novela La naranja mecánica) y han preparado portadas hipotéticas para algunos de sus escritores favoritos: Peter Handke, Thomas Bernhard...

Como directores de videoclips han firmado Are We Still Married y Can't Go Wrong Without You para His Name is Alive y Black Soul Choir para 16 Horsepower y Long Way Down (Look What the Cat Drug In) de Michael Penn. Estuvieron también implicados en la animación de Sledgehammer, de Peter Gabriel, pero reniegan del trabajo porque, dicen, el músico inglés modificó la idea original.