Las chanclas, típicas del verano e indicadas para ir con ellas a la playa o piscina, así como para proteger la planta del pie de posibles infecciones en duchas y baños públicos, pueden también dañar los pies.
Así lo revela un reciente estudio elaborado en EE UU por el National Foot Health Assessment —el Instituto de Salud Preventiva de los Pies en EE UU—, que muestra que el 78% de los adultos ha experimentado uno o más problemas de pie en su vida y que una de esas causas en ese país son precisamente las chanclas.
Este tipo de calzado, tan propio de esta época del año, no está recomendado para caminar por el asfalto de las ciudades y menos aún para recorrer largas distancias.
La razón principal es que dejan el pie totalmente al aire y apenas ofrecen sujeción. Esto obliga a hacer constantes esfuerzos con los dedos, pudiendo causar rozaduras, molestias y sobrecargas.
Además, las chanclas dificultan el equilibrio y producen más dolores que un calzado normal.
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