A los madrileños no les asusta cambiar de aires. Cuando el bolsillo aprieta, no tienen reparos en hacer la maleta, recoger sus enseres y trasladarse en busca de una vivienda más barata.

Durante el año pasado, la Oficina del Padrón Municipal registró 234.783 cambios de domicilio en el interior de la capital. Es decir, cada mes 19.565 vecinos se mudaron a otro hogar de la ciudad, según los últimos datos publicados por el Padrón del Ayuntamiento. La Concejalía de Hacienda (de la que depende la Dirección de Estadística) destaca como una característica social de la capital «la elevada movilidad interna de los ciudadanos».

Los destinos más demandados (aquellos a los más gente se muda) coinciden con los distritos del sur: a Carabanchel se fueron a vivir 21.687 personas procedentes de otros hogares de Madrid; a Puente de Vallecas llegaron 20.960;y en Latina se notificaron 16.761 cambios de domicilio. En el cuarto lugar del listado se cuela un distrito del este, Ciudad Lineal, con 16.684 mudanzas.

Los expertos creen que el principal motivo de los desplazamientos es económico: "Intentan pagar menos dinero. Al cambiar de un barrio a otro, se puede ahorrar hasta 300 euros de alquiler", explica Fernando Merino, director del portal fotocasa.es en Centro. «La disminución del poder adquisitivo de las familias les hace buscar un piso acorde con su situación», apunta el sociólogo Roberto Barbeito, de la Universidad Rey Juan Carlos. «También hay jóvenes sin dinero que vuelven a la casa donde se criaron», añade.

En los cambios de domicilio también se incluirían los 40 desahucios que se registran al día.

Los tres barrios con más mudanzas están, precisamente, entre las zonas de la capital con la vivienda más barata. El metro cuadrado en la ciudad cuesta una media de 3.553 euros, según el banco de datos del Ayuntamiento. El precio en el sur está muy por debajo: en Puente de Vallecas está a 1.937 euros/m2;en Carabanchel, a 2.275;y en Latina, a 2.282.

Aunque hay alguna excepción. No todos los barrios con más mudanzas están en el sur ni tienen los precios por los suelos. Es el caso de Embajadores (Centro), que no está entre los más baratos de la capital, pero está de moda entre los jóvenes, por su aire bohemio.

También se sale de la norma Valverde, situado en Fuencarral (al norte), que tiene demanda por la gente que se muda a Las Tablas y Montecarmelo. "Son PAU nuevos, pero allí se están rebajando mucho los precios", asegura Merino.

Muchos jóvenes madrileños están protagonizando también una "vuelta a los orígenes" o "reagrupamiento familiar", como lo llama el sociólogo Roberto Barbeito. "Las mudanzas a la periferia tienen un alto componente de jóvenes que vuelven a la casa donde se criaron, al barrio de toda la vida, porque no pueden afrontar el gasto de independizarse", explica el experto. Además, muchas familias que tenían doble vivienda se están desprendiendo de una de ellas.

Marisa (en la fotografía) ha iniciado una nueva vida.  "Durante 28 años viví en una urbanización con piscina, jardines, portero... junto al Ramón y Cajal, en la zona norte. Pero decidí cambiarme. Empecé mirando por mi zona, pero fui abriendo el círculo y al final acabé en la otra punta de Madrid", recuerda.

Ahora vive a un paso de la calle Congosto, en pleno casco histórico de Vallecas. Marisa estaba divorciada y pactó con su ex la venta de la casa de Fuencarral: "Con la mitad de aquella casa me compré esta en Vallecas, la he reformado y todavía me sobró algo. Por no hablar de la comunidad: allí pagaba 300 euros al mes; aquí, 60". Ahora ha descubierto otro mundo: "Allí no había nada que hacer. En este barrio hay vida, terrazas, tiendas de toda la vida, el metro al lado, centros de salud... Todo son ventajas".