La presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, ha negado que tenga como objetivo "cargarse" al secretario general de los socialistas de la región y alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, y ha tachado de "memez" —por decirlo de manera "suave"— que se diga que su Gobierno "se dedica a destruir su imagen".

"Otra cosa es que le parezca bien o mal lo que yo hago, pero yo no tengo como objetivo cargarme al alcalde de Toledo", ha indicado Cospedal, quien ha apuntado que García-Page quiere que la Junta financie obras en Toledo, pero el Gobierno debe tratar "de igual manera" a todas las capitales de provincia. "Quiere que las obras municipales las pague la Junta para luego inaugurarlas él", ha agregado.

Sobre las acusaciones de los socialistas de haber traído al Gobierno a personas de fuera de la región, Cospedal ha afirmado que sus consejeros son de Castilla-La Mancha, aunque ve una "tontería" defender que en el Gobierno no puedan trabajar personas de fuera de la región. "Es de una cerrazón y de un mirarse al ombligo que no tiene nombre", ha aseverado.

Así, ha dicho que contrataría a personas de fuera de Castilla-La Mancha si tuvieran "en sus manos la posibilidad de ayudarnos a salir de esta situación", y ha añadido que, aunque no quiere dar nombres, había muchos consejeros socialistas que vivían fuera de la autonomía.

Respaldo del psoe y sindicatos

Sobre el apoyo del PSOE en este primer año, la presidenta ha señalado que esperaba que los socialistas hubieran apoyado más al Gobierno o que al menos "no atacaran todos los días" a la Junta "después del papelón que han dejado".

Con respecto a la actitud de los sindicatos, ha destacado que algunos de ellos se han comportado con extraordinaria responsabilidad aunque entiende que haya medidas que nos les hayan gustado, "pero todas las medidas no se pueden consenuar".

"Si tuviéramos que haber consensuado todas las medidas no habríamos podido poner en marcha muchas de ellas y seguiríamos en un situación al borde del precipicio financiero", ha remachado.