Las fotos que Irving Penn donó a Suecia en honor a la primera 'top model', Lisa Fonssagrives

  • El fotógrafo y la modelo fueron pareja entre 1950 y la muerte de ella, en 1992.
  • Penn regaló al Museo de Arte Moderno sueco una gran cantidad de obras para honrar al páis natal de Fonssagrives. Ahora se exponen.
  • La primera súpermodelo de la historia era angulosa y esnob. Disney se basó en su figura para el personaje de Cruella de Vil.
Lisa Fonssagrives, con un abrigo de Balenciaga, retratada por Irving Penn en Paris, en 1950
Lisa Fonssagrives, con un abrigo de Balenciaga, retratada por Irving Penn en Paris, en 1950
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Lisa Fonssagrives, con un abrigo de Balenciaga, retratada por Irving Penn en Paris, en 1950

Ella, la primera top model de la historia, no se daba demasiados aires: "Soy una buena percha para colgar la ropa", decía. Él, quizá el fotógrafo más radical y valiente, tampoco: "Retratar un pastel tabién puede ser arte".

Juntos combinaban como los ingredientes de un martini perfecto. Lissa Fonssagrives (1911-1992) e Irving Penn (1917-2009) fueron una pareja complementaria en la vida real y en la ficción de las fotografías.

Se casaron en 1950, cuando a ella ya le quedaban pocos años como supermodelo. Tras su muerte, en 1992, Penn quisó honrar el recuerdo de su compañera donando una amplia colección de casi un centenar de fotografías a Suecia, el país natal de su modelo, musa y amante.

"Mundos diversos"

Esas imágenes se exponen ahora en la pinacoteca a la que fueron entregadas por Penn en 1995, el Moderna Museet de Malmö, que este sábado, 16 de junio, inaugura la muestra Skiftande varldärd (Mundos diversos), dedicada a las fotos. Estará en cartel hasta el 2 de septiembre.

Aunque las fotos de Penn han recorrido el mundo y son sobradamente conocidas, ninguna ocasión sobra para regresar a la contemplación de una obra basada en la curiosidad, la pasión y la valentía creativa. En esta exposición, planteada precisamente como una constatación del carácter innovador del maestro, hay piezas de los sesenta años que dedicó a la experimentación, con un "enfoque fresco y minimalista", como dicen desde el mueso sueco.

Fueran fotos de moda, retratos de personalidades o naturalezas muertas, el acercamiento del fotógrafo estadounidense al tema siempre estaba presidido por la curiosidad y la atención al detalle.

Que haya adquirido fama como fotógrafo comercial antes que artístico poco importa, añaden los organizadores. "Una discusión sobre esa dicotomía parece bastante inútil en el caso de Irving Penn, que buscó y consiguió siempre el equilibrio entre ambas visiones, lo que permite que cada una se beneficie de la otra".

Atrapados en una esquina

En Skiftande varldärd hay retratos de la época dorada del artista, tras la II Guerra Mundial, cuando su estudio de Nueva York era un destino obligatorio de todas las personalidades de la cultura que visitaban la ciudad. Fue allí donde Penn realizó sus famosos retratos de personajes atrapados en una esquina, en el espacio estrecho entre dos paredes que deseaba simbolizar la confusión reinante tras el conflicto bélico.

También hay retratos ajenos a la fama y el glamour, como los de pequeños comerciantes en Londres y París o los miembros de la pandilla de motoristas de los Ángeles del Infierno, a los que tratataba con la misma delicadeza que al músico Miles Davis, el bailarín Rudolf Nureyev, el escritor Truman Capote, el vanguardista John Cage o cualquier otro de sus modelos.

La más solicitada de las modelos

Finalmente, la muestra incluye varios retratos de Penn a Fonssagrives, la mujer angulosa, culta, algo esnob y de gran inteligencia que apareció en más revistas de moda que ninguna otra modelo en las décadas de los años 30, 40 y 50, cuando todos los grandes de la fotografía —Man Ray, Erwin Blumenfeld, George Platt Lynes, Richard Avedon...— la reclamaban para las editoriales de moda de Vanity Fair, Life, Time yVogue.

Nacida en Suecia como Lisa Birgitta Bernstone, fue descubierta en París, donde estudiaba ballet por el fotógrafo francés Fernand Fonssagrives, que fue su primer marido y de quien tomó el apellido. La imagen de la primera top model llegó a tener tanta pegada pública que los estudios de Walt Disney se basaron en su figura para componer el personaje de Cruella de Vil, la mala de 101 dálmatas (1961). Tras su retirada, Fonssagrives no dejó de crear belleza. Primero diseñó moda y luego se dedicó a la pintura y la escultura.

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