Rock y revolución. Poesía y compromiso. Patti Smith, uno de los grandes iconos de la cultura popular del s. XX, regresa a la actualidad con nuevas canciones y nuevo libro.

Han pasado ocho largos años desde su anterior disco de estudio. ¿Por qué tanta espera?

No hay ninguna razón en particular. He estado involucrada en varias cosas: haciendo giras, terminando el libro... Estoy metida en muchas disciplinas a la vez, y escribir canciones es solo una de ellas.

Hablando de escribir canciones, ¿disfruta tanto de ello como hace décadas?

No soy especialmente prolífica como compositora. De hecho, ni siquiera me considero una música. Simplemente toco un poco la guitarra, cuatro o cinco acordes, y canto. Mi faceta fundamental es la de escritora.

Como tal estuvo en la pasada edición del Premio Cervantes. ¿Cómo se siente entre tanta solemnidad?

Es cierto que es un acto muy académico y solemne, pero había muy buena energía. Y muchos niños. El príncipe habló muy bien, no demasiado.

Aquel fue el primer Cervantes sin la presencia del rey. ¿Se ha enterado de los últimos acontecimientos alrededor de la Familia Real? ¿Qué opina de la monarquía?

Sí, me he enterado. Lo cierto es que no sé mucho de las monarquías, más allá de los cuentos para niños. Pero como cualquier otra forma de gobierno, creo que debe estar en contacto con la gente y entender su realidad.

Nicanor Parra se llevó el Cervantes. ¿Qué le parece su poesía?

Lo admiro muchísimo. Creo que sabe muy bien aunar la poesía, el humor y la revolución. Y hacer a la gente reír también es hacerla pensar.

Ha venido a España varias veces, parece pasarlo bien aquí.

Tengo una relación muy estrecha con España. Vine a mediados de los años setenta a Barcelona, poco después de la muerte de Franco. Fue uno de los primeros conciertos de rock and roll de la época, pero más que un concierto fue una gran celebración.

¿El rock and roll sigue siendo necesario hoy en día?

Sí, lo es. Hay pocas formas de arte tan accesibles, sencillas y directas. El rock and roll supo aunar diversión, revolución, sexualidad... Aunque es cierto que hoy en día ya no son necesarias las grandes estrellas, porque cualquiera puede tocar y grabar su propia música. Eso es algo muy saludable: la propia gente ha cambiado el negocio musical.

Que la llamen la abuela del punk no le gusta demasiado...

¡Fíjate que en mi juventud me llamaban la princesa del punk! Eso es lo triste. Te haces mayor y pasas de princesa a abuela (risas). No, es broma. Pero como artista no me gusta que se me llame de ninguna manera. Simplemente soy una trabajadora. En cualquier caso, estoy muy orgullosa de que se me asocie con el movimiento punk-rock, porque fue una fuerza muy poderosa.

Como figura clave del feminismo, ¿cómo ve la situación de la mujer hoy día? ¿Sigue siendo necesario ser feminista?

Creo que lo necesario es, más que nada, ser humanista. Tengo un hijo y una hija, y estoy interesada en los derechos de ambos. La mujer ha tenido que luchar mucho por conquistar sus derechos, pero las luchas tienen que renovarse. Las chicas jóvenes de hoy tienen otro tipo de dificultades diferentes a las que yo tenía en mi juventud. La lucha más importante es la humanista, y especialmente cuidar nuestro medio ambiente y el mundo que vamos a dejar a nuestros hijos. En general, me preocupa lo mismo que a todo el mundo. Es increíble lo sencillas que son las cosas y lo que podemos llegar a complicarlas los seres humanos.

¿En qué sentido?

En todos. Tomemos las religiones. Todas están plagadas de regulaciones, cuando Jesús, por ejemplo, dijo una cosa muy sencilla: "Amaos los unos a los otros". Todo lo demás es secundario. Parece una visión simplista, pero no lo es.

Le preocupa, ante todo, el medio ambiente. ¿Qué es lo más urgente en esa materia?

Para mí el medio ambiente es lo primero. Cada ser humano tiene que ser consciente de lo que hace en su día a día y cómo afecta al medio ambiente. De cara al futuro, creo que va a haber un movimiento global en ese sentido por parte de las nuevas generaciones. Ellas tienen el poder. Va a haber una unión global a través de la tecnología. En los sesenta y setenta los jóvenes dimos con una manera de unión  impensable hasta entonces, un lenguaje común: el rock and roll. Ahora los jóvenes hablan un idioma tecnológico que a algunos les puede parecer frívolo, pero están buscando su camino. Si deciden unirse, tienen el poder.

Hay mucho que cambiar...

Mucho. El mundo apesta, y la gente por la que estamos gobernados es mierda absoluta. No tienen ni idea de lo que están haciendo, ni se preocupan por lo que le ocurre a la naturaleza. Están jugando a su juego. Lo llevo viendo desde que era niña: se inventan enemigos, y cuando uno ya no sirve, lo reemplazan por otro. Lo único que tenemos es nuestro poder como números. Pero es un gran poder. Millones de personas dejando de consumir, por ejemplo, tumbarían cualquier corporación, a cualquier país. Nosotros votamos, nosotros compramos, nosotros decidimos. Unidos, podemos cambiarlo todo.

"Cuando murió no podía llorar, así que me puse a escribir", relata  Patti Smith en su último libro, El mar de coral, en el que rinde homenaje a su gran amigo, el fotógrafo Robert Mapplethorpe, que falleció a causa del sida en 1989. Un viaje a través de la vida y las ganas de vivir del artista que se hizo célebre por sus retratos de desnudos en blanco y negro.

Nació en 1946 en Chicago. A los 20 años se mudó a Nueva York, donde debutó en 1975 con uno de los discos fundamentales para entender el rock del siglo pasado. En aquel Horses estaba el que sería uno de los mayores éxitos de su carrera, la versión de Van Morrison de Gloria, aunque luego vendrían muchos más (Because the night, Frederick o People have the power, entre otros). También ha publicado una docena de libros. Estuvo casada con Fred Smith, de MC5, que falleció en 1994. Con él tuvo dos hijos: Jackson, que hoy tiene 30 años, y Jesse, de 25.