Mientras la Policía Municipal ha abierto una investigación interna para aclarar los hechos, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, y la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, respaldaron este lunes la actuación del agente de la Policía Municipal que el domingo efectuó al menos dos disparos al aire para dispersar a las personas que pretendían impedir la detención de un mantero en Lavapiés. El hombre, senegalés, ha pasado a disposición juidicial.

Según Botella, que, en palabras recogidas por la agencia EFE, confesó no haber visto el vídeo de los hechos, el policía "estaba cumpliendo las ordenanzas, una de las cuales prohíbe la venta ilegal, que es una expoliación de la propiedad intelectual". "Se sintieron agredidos. El agente disparó al sentirse acosado. Por eso hicieron el disparo al aire", añadió la primera edil.

Cristina Cifuentes, máxima responsable de la Policía Nacional en la región, apoyó igualmente a los agentes, uno de los cuales, al verse rodeado por amigos del mantero que intentaban liberarle, sacó su arma y apuntó a varios de ellos de forma directa. "Cuando han actuado de esta manera lo hicieron de una forma defensiva y correctamente", aseguró.

La refriega provocada por la detención en la calle del Amparo derivó, como en julio de 2011, en un nuevo enfrentamiento entre los representantes de la autoridad y vecinos de Lavapiés, que demandaron explicaciones a los agentes que llegaron como refuerzo. Estos se vieron rodeados  mientras un grupo de unas 25 personas les exigía que se marchasen del barrio y que no hostigasen a los inmigrantes.

La delegada del Gobierno atribuyó este lunes parte de la responsabilidad de los incidentes al colectivo de las Brigadas Vecinales de Observación de los Derechos Humanos, un grupo de voluntarios que documenta y denuncia los controles de identidad o redadas "racistas" prohibidas recientemente por el Gobierno central.

"La Policía cumple con su obligación en Lavapiés y en el resto de los barrios, y desde luego estas llamadas Brigadas Vecinales están haciendo una dura presión contra la Policía, lo que es completamente inaceptable", criticó Cifuentes, asegurando que su departamento tomará medidas para evitar nuevos problemas en este barrio.

Un portavoz de las Brigadas negó a preguntas de 20minutos.es que ningún miembro activo del grupo participase en la protesta contra los agentes. "Llevamos chalecos naranjas. Vamos perfectamente identificados", insistió. La Delegación del Gobierno y el colectivo se han citado, precisamente, esta semana para tratar el tema de las identificaciones masivas de inmigrantes.

Por el lado de los agentes, el Colectivo Profesional de la Policía Municipal de Madrid (CPPM) alertó este lunes de que lo sucedido en Lavapiés es la consecuencia de los "recortes" que ha sufrido el Cuerpo por parte del Ayuntamiento de Madrid y contra los que los funcionarios llevan movilizándose varias semanas.

El Ayuntamiento niega que los ajustes estén afectando al servicio"Ante las continuas jubilaciones y ausencia de promociones nuevas, los efectivos destinados a este servicio fueron  reducidos de unos cien a cerca de unos 36 componentes y finalmente se tuvo que incrementar en 14 más para alcanzar los 50 debido a la espectacular subida de todo tipo de delitos [...] Este mismo lunes un compañero ha resultado arrojado de su moto por un empujón por parte de otro vendedor ambulante ilegal", apunta el CPPM.

Aunque los representantes sindicales aseguran que la Policía sufrió un nuevo recorte de 5,1 millones de euros en la última Junta Local de Seguridad —resultado de las jubilaciones, no adquisición de materiales y no realización de horas extraordinarias— el área de Seguridad del Ayuntamiento asegura que el servicio policial en la zona de Retiro, en la que ocurrieron los hechos, "está correctamente planificado y programado" y se atiende a las necesidades tanto de los policías uniformados como de los de paisano.