Por su parte, el Reino Unido anunció la elaboración urgente de un plan que favorezca el cese de la violencia. La ONU hizo un llamamiento urgente a la comunidad internacional para conseguir hasta 150 millones de dólares, que cubrirán las primeras necesidades de los libaneses. La UE respondió con 10 millones de euros, a los que se sumó el envío de ayuda humanitaria estadounidense.

Milicianos capturados

El Ejército israelí, que ya controla 13 localidades libanesas, anunció la captura de dos combatientes de la resistencia islámica durante los bombardeos sobre la región sureña de Tiro, y confirmó la muerte de dos de sus pilotos al estrellarse un helicóptero. Las bombas también cayeron en Gaza, donde mataron a seis civiles, entre ellos a una niña de 5 años.

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El poder armamentístico de Israel

Aviones no tripulados: Dirigidos por control remoto, tienen cámaras de espionaje y una capacidad de hasta 200 kilos de explosivos. El Predator estadounidense y el Global Hawk, de Israel, tienen entre 30 y 40 horas de autonomía.

Fósforo blanco: Esta sustancia amarillenta se usa para crear pantallas de humo en combate y huir del enemigo, aunque está prohibida en áreas habitadas por civiles. Arde al exponerla al oxígeno a más de 30 grados y causa quemaduras profundas y muy dolorosas.

GBU-28: EE UU enviará hasta 100 de estas bombas diseñadas para volar búnkeres, en este caso de Hizbulá. Pesan más de 2 toneladas y van cargadas con casi 300 kilos de explosivo trional. Penetran 30 metros bajo tierra y atraviesan muros de 6 m.

Aznar: Bombardear si es necesario

El ex presidente del Gobierno José María Aznar se mostró a favor de una intervención militar de la OTAN en el Líbano, que incluso podría bombardear ese país «si es necesario». Aznar hizo estas declaraciones a la BBC, palabras que «han ido demasiado lejos», según el secretario de organización del PSOE, José Blanco. «Debe tener un contrato con una multinacional de armamento; a Aznar y al PP les pone la guerra», aseguró. Blanco también condenó las acciones de Hizbulá y la desproporcionada respuesta de Israel: «Los muertos civiles no son daños colaterales, sino un objetivo buscado», declaraciones que el embajador israelí en España, Víctor Harel, tildó de «infames».