Los dos activistas propalestinos españoles que habían sido detenidos este domingo en Tel Aviv (Israel) a su llegada al aeropuerto internacional de Ben Gurion han sido deportados a España. Los dos detenidos, a quienes se les retiró el pasaporte provisionalmente, son Julio Rodríguez, representante de Izquierda Unida, y Teresa Salas, de la ONG española Paz y Ahora.

Las autoridades de Israel han detenido además este domingo a 59 activistas internacionalesde la campaña 'Bienvenido a Palestina' y cuyas expulsiones, según la policía, durará varios días. La mayoría han sido trasladados a una cárcel del servicio de inmigración mientras que nueve han sido deportados, tres están a la espera de sus vuelos y otros dos están en el aeropuerto.

Entre ellos hay ciudadanos españoles, italianos, franceses, canadienses, portugueses y suizos, según la Policía, que espera al grueso de los activistas en vuelos que aterrizarán esta noche. También han sido detenidos nueve israelíes que esperaban a los activistas en el aeropuerto.

Rodríguez y Salas han sido "devueltos en frontera" (forma técnica para indicar que se les ha impedido la entrada) por las autoridades israelíes, informaron fuentes diplomáticas españolas. "Salas ya ha abandonado Israel en un vuelo hacia Berlín, de donde había llegado", confirmó la cónsul española en Tel Aviv, Victoria Ortega.

Sobre Rodríguez afirmó que hay constancia de que "no se le ha permitido la entrada" y también ha sido enviado a España en un vuelo de regreso. Horas antes Pilar Rodríguez, abogada de Paz Ahora y hermana del activista, había informado en conversación telefónica desde Madrid, que "ambos han sido deportados".

Las autoridades han movilizado a unos 650 policías para impedir el acceso de los participantes en la protesta y ha conseguido evitar el embarque en origen del 60% de los 1.5000 decenas de activistas internacionales que pretendían llegar por avión al aeropuerto de Tel Aviv.

Los organizadores de la protesta han denunciado que Israel está exigiendo a los pasajeros firmar un documento en el que aseguran que no colaborarán con ninguna organización propalestina. "Han establecido un nuevo procedimiento ilegal en el aeropuerto israelí que exige a los pasajeros firmar un documento que dice que no entrarán en contacto ni trabajarán con miembros de ninguna organización pro-palestina", denunció el activista palestino Mazim Qumsiyeh en un comunicado.

"Entiendo que si soy detenido haciendo siquiera una de estas actividades, se tomarán contra mi todas las acciones legales relevantes, incluidas la deportación y la prohibición de entrar a Israel", dice el escrito.

Sabin Hadad, portavoz de la autoridad migratoria de Israel, confirmó que se está pidiendo a los que llegan firmar un documento, aunque negó que el este incluya el término "propalestino" y señaló que "solo se les está pidiendo que prometan que no van a violar la ley en Israel".

Como forma de protesta por los controles en todos los accesos aéreos, marítimos y terrestres, los activistas pretendían declarar a su llegada al aeropuerto que viajaban con destino a Palestina, en lugar de mentir como hacen muchos de los que viajan a Cisjordania o Gaza para eludir los incómodos y prolongados interrogatorios de la seguridad israelí.

Es el método con el que Maite Santamaría, una tercera activista del grupo que llegó desde Francia, ha podido pasar el control del aeropuerto y llegar hasta la ciudad cisjordana de Belén, donde estaban convocados todos los activistas para un acto multitudinario.

Según la cónsul española, Israel le ha confirmado que esta activista —que al parecer pasó los controles al declarar que iba de turismo a Jerusalén— no aparece en ningún registro, por lo que en principio no hay ningún problema con ella.

Los activistas que son detenidos por las autoridades israelíes reciben como bienvenida una carta en la que les invitan a movilizarse por otras causas humanitarias como la represión del pueblo sirio, las protestas contra el régimen de Irán o contra el lanzamiento de misiles desde Gaza por parte de Hamás.

Con un "querido activista" como encabezamiento, Israel recuerda que es el "único país democrático de Oriente Medio, donde las mujeres son tratadas en igualdad, la prensa puede criticar al Gobierno, las organizaciones de derechos humanos pueden actuar libremente, se protege la libertad de conciencia de todo el mundo y las minorías no viven en un régimen de temor".

Carta que han recibido los activistas detenidos a su llegada a Israel: