Militares amotinados en Mali anuncian la suspensión de la Constitución

Los militares toman la capital de Mali, Bamako.
Los militares toman la capital de Mali, Bamako.
Malin Palm / EFE
Los militares toman la capital de Mali, Bamako.

Los militares malienses amotinados, que tomaron ayer la sede de la radio y la televisión estatales en la capital, Bamako, anunciaron en un mensaje televisado la disolución de todas las instituciones del Estado y la suspensión de la Constitución. Además, han decretado el toque de queda y llaman a los ciudadanos a la calma.

Así lo ha anunciado el denominado portavoz del Comité Nacional por la Recuperación de la Democracia y la Restauración del Estado (CNRDRE), Amadou Konaré.

En su alocución, la primera desde la irrupción, la tarde de ayer, de la señal de la radio y la televisión públicas, Konaré denunció la incapacidad del Gobierno de solucionar la crisis del norte del país, donde el grupo independentista tuareg Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA) se levantó en armas en enero.

Asimismo, lo acusó de ser incapaz de hacer frente al terrorismo y de no poder dotar al Ejército de los medios suficientes para desarrollar su labor.

El norte de Mali, cuya independencia es reclamada por el MNLA, es también uno de los principales refugios en la región del grupo terrorista Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).

No obstante Konaré ha señalado que el CNRDRE no tienen intención de "confiscar" poder.

El origen del conflicto

Bamako fue escenario el mes pasado de una serie de manifestaciones en la que se levantaron barricadas y se quemaron neumáticos por la condición de los equipos del Ejército y lo que consideraban una respuesta débil por parte del Gobierno contra la insurgencia tuareg.

La insurgencia pretende crear su propia nación en el desierto en la zona norte de Malí y en las últimas semana han realizado varios avances, como la toma de la localidad de Tessalit, en la frontera con Argelia. Gran parte de estos combatientes tuareg eran mercenarios en el Ejército del dictador libio Muamar Gadafi.

Este  miércoles los militares, en su mayoría jóvenes, se amotinaron, irrumpieron en el arsenal, tomaron las armas y comenzaron a disparar al aire, aún en presencia del ministro, que se vio forzado a abandonar el acuartelamiento, en tanto que los amotinados emprendían la marcha hacia Bamako. "Los familiares de los militares se niegan a que sus parientes sean enviados al frente", dijo un oficial del Ejército.

Además de la crisis de seguridad y la rebelión tuareg, que ha forzado a casi 200.000 personas a abandonar sus hogares en dirección a otras zonas del país o a los estado vecinos, la hambruna amenaza a al menos a tres millones de malienses, según la ONU.

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