Entre los que ocupan una cama con trastornos derivados de las drogas y los que sufren alucinaciones y problemas de conducta por culpa del alcohol (225 ingresos en 2004), estos enfermos suman 4.296 días de ingreso al año. Es casi lo mismo que suponen las estancias hospitalarias por asma, tumores malignos de próstata o cálculos urinarios, según los datos del Instituto Nacional de Estadística.

La mayoría de los que acuden al médico con problemas de este tipo son jóvenes que suelen tomar anfetaminas y mezclan diferentes tipos de drogas de diseño. «La gran parte de los casos se reciben durante el fin de semana, periodo muy ligado al ocio de los jóvenes», explica el doctor José Luis Casado, jefe de urgencias del Miguel Servet.

El mayor incremento se ha registrado entre las mujeres. En 2004 fueron ingresadas con trastornos mentales provocados por las drogas 63 aragonesas, frente a las 18 de dos años antes. En los hombres se ha pasado de 73 a 127.

Estos datos suponen que, entre trastornos mentales por drogas y aquellos producidos por las bebidas alcohólicas, se produce al menos un ingreso hospitalario cada día, con una media de casi diez días de estancia por paciente.

Entre los 13 y los 25 años

Las edades de los pacientes ingresados por estas causas oscilan de media entre los 13 y los 25 años. «Cada vez tenemos enfermos más jóvenes, seguramente porque cada vez empiezan a probar las drogas y el alcohol a edades más tempranas», indica el doctor José Luis Casado.

Una enfermedad ya asentada

Las drogas tienen un efecto directo sobre las neuronas, lo que a la larga puede derivar en psicopatías crónicas como la esquizofrenia. Los efectos a corto plazo oscilan entre las alucinaciones, las ideas delirantes y las huidas de la realidad. Según los médicos, se trata de una patología cada vez más asentada, sobre todo entre la población más joven.