La troika llega esta semana a Atenas para revisar las reformas

  • Consisten en reforzar la lucha contra el fraude fiscal, recortar el déficit público y mejorar la competitividad de la economía griega.
  • Si las reformas se cumplen, la troika concederá un nuevo crédito a Grecia de 130.000 millones de euros.
  • Papademos confía en alcanzar "en dos o tres semanas" un acuerdo con los acreedores privados sobre la aceptación voluntaria de una quita del 50%.
  • El Ejecutivo alertado de que si no llega el crédito europeo, Grecia podría entrar en suspensión de pagos el 20 de marzo.
Las banderas de Grecia y de la Unión Europea en frente de la Acrópolis en Atenas.
Las banderas de Grecia y de la Unión Europea en frente de la Acrópolis en Atenas.
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Las banderas de Grecia y de la Unión Europea en frente de la Acrópolis en Atenas.

El equipo de supervisión de la llamada troika (formada por el Fondo Monetario Internacional -FMI-, la Comisión Europea -CE- y el Banco Central Europeo -BCE-) llega esta semana a Atenas para revisar los avances en las reformas prometidas por el Gobierno de Lucas Papademos.

Según explicó un portavoz del Ministerio de Finanzas griego, el equipo técnico de la troika llegará a Atenas entre el martes y el miércoles para preparar el terreno a la llegada de los jefes de la misión, cuya visita está prevista para el jueves.

Las reformas exigidas por la troika pasan por reforzar la lucha contra el fraude fiscal, recortar el déficit público y mejorar la competitividad de la economía griega a través de la reducción de los costes del trabajo. A cambio de estas prestaciones, la troika concederá un nuevo crédito a Grecia de 130.000 millones de euros.

El Gobierno ya ha anunciado que no tocará el salario mínimo a pesar a las presiones en este sentido del representante del FMI en la troika, Poul Thomsen; pero patronal y sindicatos han aceptado reunirse este martes para estudiar la reducción de los costes laborales no vinculados directamente a los salarios.

La quita de la deuda

Otro aspecto que la troika considera indispensable para inyectar nuevos créditos es un acuerdo sobre la quita de la deuda, de aproximadamente del 50%, que poseen los grandes bancos y fondos de alto riesgo (en total, unos 206.000 millones de euros).

En las negociaciones mantenidas hasta ahora, las partes no han logrado acordar el interés, el vencimiento y la ley que regirá los bonos depreciados, que sustituirán a los actuales a través de un complejo proceso de canje conocido como Participación del Sector Privado (PSI, por sus siglas inglesas).

El pasado viernes, las negociaciones fueron suspendidas nuevamente y el Gobierno griego espera que se reanuden el próximo miércoles, manifestó una fuente gubernamental.

El Ejecutivo ha alertado de que si no llega el crédito europeo, Grecia podría suspender pagos el 20 de marzo, cuando afronta el desembolso de 14.400 millones de euros en vencimientos de deuda e intereses.

Por ello, y debido a que el país se encuentra fuera de los mercados de deuda a largo plazo, Atenas continúa con su estrategia de financiación a corto plazo. Este martes sacará a la venta 1.250 millones de euros de deuda en letras del Tesoro a tres meses, según el Ministerio de Economía.

La importancia del acuerdo

Por otro lado, Papademos ha expresado su confianza en alcanzar "en dos o tres semanas" un acuerdo con los acreedores privados sobre la aceptación voluntaria de una quita del 50% en sus carteras de bonos soberanos del país heleno, después de que el pasado viernes se suspendieran las conversaciones al respecto entre el Gobierno griego y el Instituto Internacional de Finanzas (IIF), que representa los intereses del sector bancario.

"Las próximas semanas son particularmente difíciles, ya que tenemos que completar dos procesos interrelacionados", señala el exvicepresidente del BCE en una entrevista concedida a la cadena estadounidense CNBC al referirse a las negociaciones con la banca y al programa de ajustes para el periodo 2012-2015. "El objetivo es que los dos procesos serán completados antes de las próximas dos o tres semanas", indica Papademos. "Creo que las condiciones para ello están ahí y haremos el máximo para ello por nuestra parte", añade.

No obstante, el mandatario griego admite que el proceso de consolidación fiscal y reducción de la deuda hasta niveles sostenibles "llevará mucho más tiempo", aunque, a su juicio, las medidas más duras y urgentes "se completarán en dos años".

Por otro lado, el primer ministro griego subrayó que la salida del euro "no es una opción para Grecia", ya que el abandono de la moneda única complicaría en vez de ayudar los esfuerzos del país para estabilizar su economía y ganar competitividad. "Creo que realmente no es una opción. Esta es la posición del Gobierno y de todos los partidos que lo respaldan y, lo que es más importante, de la abrumadora mayoría de los griegos", señala Papademos.

De hecho, el primer ministro griego apunta que, desde que se aplicó el primer plan de rescate, las medidas adoptadas han permitido al país ganar un 5% de competitividad y en el caso de aplicar las reformas y medidas de ajuste planeadas para este año se recuperaría al finalizar 2012 entre medio punto y tres quintas partes de punto de productividad.

Reacción en las calles

Estas medidas chocan con una fuerte contestación social. Para este martes hay convocada una huelga en la región capitalina del Ática, que puede afectar al transporte urbano de Atenas y en puertos y aeropuertos.

Abajo el Gobierno de la plutocracia que incrementa los impuestos a expensas de las clases populares! ¡Fuera la troika de Grecia! ¡Elecciones inmediatas!", es el lema con el que el sindicato comunista PAME ha convocado la protesta, a la que también se ha sumado posteriormente el sindicato mayoritario GSEE.

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