La Ley de Autoridad del Profesorado de Castilla-La Mancha podría estar aprobada en el mes de febrero, según han avanzado el consejero de Educación, Cultura y Deportes, Marcial Marín. Esta norma fue un compromiso de la presidenta regional, María Dolores de Cospedal, durante la campaña electoral del pasado mes de mayo.

En una entrevista en Radio Castilla-La Mancha, recogida por Europa Press, el consejero ha recordado que esta norma pretende reconocer al profesor cuando esté en el ejercicio de su actividad profesional. Una ley que "dé respeto (al profesor) y le diga que desde que entra en el colegio es la máxima autoridad", ha señalado.

Por otro lado, el titular de Educación ha dicho que "el que se pueda pasar con cuatro suspensos no ayuda nada al futuro de esta tierra" y por ello ha apostado por "cambiar" el modelo educativo.

Dicho esto, ha avanzado que el próximo miércoles, día 18, las comunidades autónomas se reunirán con el ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert, en el Ministerio para coordinar los modelos educativos.

"Vamos a apostar todas las comunidades autónomas por ir coordinadas y apostar por la calidad porque ese es el futuro y en el 2020 tenemos que tener ratios del 15 por ciento de fracaso escolar; por lo tanto Castilla-La Mancha en pocos años tiene que bajar los indicadores de fracaso escolar en más de la mitad", ha dicho.

Castilla-La Mancha es una de las comunidades autónomas de la Península con mayor fracaso escolar, pues según ha asegurado el consejero, "de cada cien alumnos que comienza los estudios, 34 abandonan. "Algo estamos haciendo mal", ha admitido.

Marín ha considerado que las comunidades autónomas tienen que coordinarse porque no puede ser que cada región tenga un modelo educativo distinto. "No hay orden, no hay concierto y hay asignaturas que ayudan poco al futuro de los alumnos", ha lamentado.

Según el responsable regional de Educación "hay que depurar aquellas ineficacias que hay", como que se pueda pasar con cuatro suspensos y que haya una asignatura como Educación para la Ciudadanía que, a su juicio, "no sirve absolutamente para nada, hay que cambiarla radicalmente, incluso de nombre".