Galicia ya arde. Ayer se registraron cuatro incendios en la comunidad, dos en la provincia de A Coruña, y otro en las de Lugo y Pontevedra. Aunque este año han llegado con retraso (en 2005, comenzaron en marzo), el buen tiempo no tardará en servir de acicate a los pirómanos. No en vano, más del 90% de los incendios son intencionados y siete de cada diez se concentran en un 30% de los montes gallegos.Unos datos que sirven de referencia en la Xunta a la hora de diseñar la nueva campaña de extinción que se pondrá en marcha el próximo 1 de julio y en la que se reducirán a más de la mitad las zonas consideradas de riesgo. Así pues, se pasará de 525 a 256. El objetivo es centrarse en ese 30% de territorio que acapara la mayoría de los incendios forestales.
Lo que no cambiará en la nueva campaña es el número de efectivos. Sólo habrá cuatro personas más que en 2005 en las brigadas contraincendios. En total serán 2.486, entre el personal fijo, el discontinuo y el contratado dentro del plan Infoga.
Por el momento se desconoce si los cuerpos de seguridad involucrados en esta lucha asumirán algún cambio este verano, tal y como sugiere la Fiscalía de Medio Ambiente e Incendios Forestales que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia puso en marcha a finales de 2004. En el balance de su primer año apunta la necesidad de reforzar la presencia policial para disuadir a los pirómanos. De hecho, sugiere que se dediquen a este tipo de labores los agentes que ahora investigan los fuegos, con escaso éxito.
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