El nuevo jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, ha querido dejar claro con su primer Ejecutivo que pretende volcarse en afrontar los retos que ante sí tiene la economía española y, para ello, ha recuperado la figura del titular de Hacienda y ha nombrado un ministro de Exteriores con notables vínculos económicos.

La vicepresidenta primera, ministra de la Presidencia y Portavoz, Soraya Sáenz de Santamaría será la encargada de coordinar el Gobierno más reducido de la democracia, con trece miembros además de su presidente. Estos son, en resumen, los desafíos que tendrán que abordar los titulares de las carteras del nuevo Ejecutivo.

El reto al que se enfrenta Soraya Sáenz de Santamaría como vicepresidenta primera, ministra de la Presidencia y portavoz no es pequeño, ya que en sus manos estará la coordinación de todos los ministerios, la preparación de los Consejos de ministros y la comunicación. También será la encargada de las relaciones con las Cortes, un papel que ejercerá en un escenario totalmente favorable, dada la mayoría arrolladora del PP en ambas Cámaras. Una de las herencias más peliagudas que le ha dejado el Gobierno socialista a la benjamina del nuevo Ejecutivo es resolver el futuro del Valle de los Caídos, incluido en la Ley de Memoria Histórica.

Los ministros de Economía y Hacienda, Luis de Guindos y Cristóbal Montoro, están llamados a desempeñar una tarea esencial en la política de ajustes que parece inevitable y que afectarán a todas las partidas presupuestarias salvo las pensiones, como dejó claro Rajoy en el debate de su investidura. Tendrán que decidir sobre la salida a Bolsa de una participación de Loterías y Apuestas del Estado (LAE), que el anterior Gobierno aplazó, y sobre la concesión de las primeras licencias de juegos 'online', que estaban previstas que se anunciaran antes de 2012.

El principal reto para De Guindos será estimular el crecimiento, pero sin saltarse el compromiso ineludible de rebajar el déficit público del conjunto de las administraciones públicas al 4,4 % del PIB en 2012, una tarea que quedará en manos de Montoro. A De Guindos corresponderá, además, la culminación del proceso de reestructuración del sector financiero, para el que Rajoy ha dado de plazo hasta el final del primer semestre. Además, tendrá el encargo de impulsar un cambio del sistema de supervisión y regulación del Banco de España para hacerlo más ágil y técnico.

La nueva ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, será la encargada de escuchar las propuestas de los agentes sociales y elaborar un nuevo proyecto de reforma laboral para remitirlo al Congreso en el primer trimestre de 2012. Su prioridad será reformular la negociación colectiva al ámbito territorial o sectorial para asegurar la competitividad e impulsar la resolución extrajudicial de los conflictos con el fin de hacer más fluidas las relaciones laborales. Báñez afrontará la supresión de las prejubilaciones (salvo circunstancias muy excepcionales), acotar la prestación por desempleo en los últimos años de la vida laboral y fomentar la compatibilidad entre el cobro parcial de una pensión y la continuidad en el mercado laboral.

"Estoy muy emocionado y consciente de la responsabilidad que asumo", aseguró por Twitter el nuevo ministro de Interior Jorge Fernández Díaz tras anunciarse su nombramiento. La responsabilidad de su cartera está claramente enfocada al encarrilamiento del final definitivo de la banda terrorista ETA. Fernández será el encargado de dialogar con las fuerzas políticas para elegir el camino que lleve a la total desaparición de la banda. Y lo hará con el mandato de Rajoy: cumplimiento de la ley y defensa del Estado de derecho. La política penitenciaria y el acercamiento a las cárceles de País Vasco y Navarra estarán inevitablemente en su agenda del nuevo titular de Interior, así como la cooperación internacional contra la inmigración ilegal, el tráfico de drogas y la prevención de los delitos en internet. Su cartera será la única que no se verán afectados por los recortes en la oferta de empleo.

José Manuel García-Margallo tendrá como gran tarea al frente del Ministerio de Exteriores y de Cooperación aumentar la influencia y prestigio de España en el mundo, sobre todo en la UE y en Iberoamérica, y potenciar la vertiente económica de la diplomacia para contribuir a salir de la crisis. Asumirá también la responsabilidad de entenderse con el gobierno islamista de Marruecos, reforzar la relación con Estados Unidos y mantener la interlocución privilegiada de España con las autoridades que surjan de la primavera árabe. No obstante, el asunto más inmediato será gestionar del secuestro de los cuatro cooperantes españoles en Tinduf (Argelia) y Kenia, de los que apenas hay noticias después de más de dos meses de cautiverio.

La nueva ministra de Fomento, Ana Pastor, coge una cartera dedicada a la inversión pública en un momento marcado por los recortes presupuestarios. Sus tareas urgentes serán la aplazada privatización de Aena y dar salida al enorme stock de viviendas sin vender. A lo largo del próximo año, debe elaborarse con las Comunidades Autónomas un nuevo Plan Estatal de Vivienda y afrontar la adecuación del actual Plan Estratégico de Infraestructuras de Transporte (PEIT). Se culminará el desarrollo de la alta velocidad ferroviaria (la unión de Galicia con la Meseta, el tramo Valladolid-León, el Puerto de Pajares y la Y Vasca) y antes de que acabe 2011, se deben aprobar las tarifas de las autopistas de peaje y las propuestas tarifarias para ferrocarril de larga distancia, AVE y Cercanías. Por último, Ana Pastor tiene el reto de incrementar el proceso de intermodalidad del transporte, uniendo el ferrocarril con los puertos.

Garantizar la sostenibilidad del sistema sanitario, un Pacto de Estado por la Sanidad y mantener las ayudas a la dependencia son los desafíos más importantes que deberá afrontar la nueva ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato. En materia de Igualdad, el objetivo es reducir las cifras de víctimas de la violencia machista y avanzar en la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres. La implantación de tasas a servicios sanitarios, la exclusión de parados o inmigrantes, la no atención a pacientes de otras comunidades autónomas, la deuda sanitaria -un "agujero" que el PP cifra en 15.000 millones-, la Ley del Aborto, la del matrimonio homosexual o la del Tabaco, son algunas de las normas que el nuevo Gobierno podría modificar.

José Ignacio Wert, nuevo ministro de Educación, Cultura y Deporte, tendrá que gestionar las altas cifras de fracaso escolar, modificar previsiblemente la LOE de 2006, y cumplir el compromiso de implantar un Bachillerato de tres cursos. La consolidación del Espacio Europeo de Educación Superior, los campus de excelencia internacional y un nuevo modelo de financiación son algunos de los retos universitarios que aguardan al ministro.

En materia de Cultura, Wert tendrá que hacer frente al reglamento de la Ley Sinde. La reforma de la ley de Propiedad Intelectual, reclamada también por el pleno del Congreso a iniciativa del PP, debería figurar también en su agenda. La protección de la tauromaquia puede ser otro de los retos para Wert. En Deportes, está pendiente una ley del Deporte Profesional, con fórmulas de financiación. En el aspecto competitivo, los retos más inmediatos son la próxima Eurocopa de fútbol, los Juegos Olímpicos de Londres de 2012, la organización por España del Mundial de Balonmano de 2013 y el de Baloncesto de 2014.

El nuevo ministro de Agricultura, Arias Cañete, se la jugará en "la batalla de todas las batallas" para mantener en Bruselas el cheque agrícola de 7.500 millones que España recibe al año. La propuesta de reforma de la Política Agraria Común (PAC) a partir de 2013 y la búsqueda de alianzas en Europa no serán su único frente; también deberá organizar el ministerio -hasta ahora de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino- y buscar el equilibrio en la cadena agroalimentaria. Además, no tendrá fácil consensuar un nuevo Plan Hidrológico Nacional. Cañete afrontará la reforma de la Política Pesquera Comunitaria (PPC) y buscará el restablecimiento del acuerdo con Marruecos, tras el veto de la Eurocámara que sacó de aguas marroquíes a unos 70 barcos españoles. El Gobierno también lidiará con el futuro almacén de residuos nucleares de alta radiactividad.

El nuevo ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, recibe una cartera (que muchos daban por amortizada) con un espinoso sistema eléctrico y un sector turístico que es el único que está dando buenas noticias en la crisis. En el sector de la energía, lo más urgente es la revisión del recibo de la luz en enero, una decisión clave para atajar el déficit de tarifa. En cuanto a la industria, Soria deberá decidir si da continuidad y en qué forma a los planes de fomento y apoyo financiero de los sectores estratégicos industriales (automoción, aeronáutico, azulejo, siderurgia, etc) y de reindustrialización que se han hecho hasta la fecha. La breve comparecencia de Rajoy no ha aclarado si las telecomunicaciones y el comercio continuarán siendo competencia del nuevo ministerio.

La Ley de Enjuiciamiento Criminal y la renovación del Tribunal Constitucional son algunos de los principales asuntos a los que se tendrá que enfrentar el nuevo ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón. La falta de acuerdo entre socialistas y 'populares' impidió en la pasada legislatura renovar a los magistrados del Constitucional y funciona ahora con el mandato de tres jueces caducado desde hace más de un año. Gallardón será encomendado por Rajoy a cerrarlo en el plazo de tres meses. Por otro lado, la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal -para otorgar al Fiscal la investigación de los delitos y acabar con la 'pena de telediario- ', llegó en julio al Consejo de Ministros pero el adelanto electoral impidió su aprobación parlamentaria.  La pasada legislatura también dejó en el tintero la optimización del trabajo judicial, el endurecimiento del Código Penal e incluir la cadena perpetua revisable.

Comenzar la retirada de las tropas de Afganistán y negociar con Estados Unidos la instalación del escudo antimisiles de la OTAN en Rota (Cádiz) son los principales retos a los que se enfrenta el nuevo ministro de Defensa, Pedro Morenés. Además, deberá cumplir con el compromiso electoral del PP de modificar la Estrategia Española de Seguridad y reformar la Ley de Carrera Militar, así como aplicar la ley de deberes y derechos de las Fuerzas Armadas y decidir sobre la nueva ley de régimen disciplinario, que quedó paralizada en el Congreso al convocarse elecciones. Y si se cumplen las prácticas habituales en los cambios de Gobierno, Morenés planteará relevos en el Centro Nacional de Inteligencia (CNI).