Greenpeace asegura que tiene a otros activistas infiltrados en varias centrales nucleares

  • Pretenden poner en evidencia los fallos de seguridad de la instalación.
  • Han subido a la cúpula de uno de los reactores para pintar una señal de peligro.
  • Insisten en incluir como riesgo los factores "de origen humano".
Una central nuclear en una imagen de archivo.
Una central nuclear en una imagen de archivo.
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Una central nuclear en una imagen de archivo.

Greenpeace ha confirmado que tiene más activistas infiltrados en otras centrales nucleares, a pesar de que algunos miembros de la organización ecologista hayan sido desalojados por la Policía este lunes de la central de Nogent-sur-Seine, a un centenar de kilómetros al sureste de París, en una operación con la que querían poner en evidencia las fallos en los mecanismos de seguridad de la instalación.

Greenpeace señaló que esta primera operación fue descubierta por los agentes, pero se congratuló de que estos no se hayan percatado de sus intervenciones en otras centrales, en las que se quería "entregar pacíficamente el mensaje de que la energía nuclear segura no existe".

La organización destacó que por el momento no va a dar precisiones sobre el número de integrantes presentes en esas otras instalaciones, ni sobre el nombre de los enclaves afectados.

"¿Areva, EDF, las fuerzas del orden y los responsables políticos pretenden que las centrales francesas están vigiladas y que los militantes de Greenpeace han sido inmediatamente localizados? ¡Les corresponde a ellos encontrarlos!", destacó el grupo en esa nota.

Con ese nuevo comunicado quiso dejar claro que en este juego "del gato y el ratón" entre los activistas y las autoridades, "que disponen de medios colosales, solo hay un verdadero perdedor, el ciudadano, que piensa que está a salvo de centrales que se presentan como las más seguras del mundo".

En la central de Nogent-sur-Seine

Los primeros activistas interceptados por la Policía lograron  subir a la cúpula de uno de los dos reactores del complejo a las 7.30 horas locales (que coincide con el horario español) donde tenían intención de pintar una señal de peligro, explicó Greenpeace en un comunicado, en el que aprovecharon para denunciar la seguridad de las centrales nucleares francesas, que producen en torno al 75 % de la electricidad de Francia.

"Esta acción muestra hasta qué punto las centrales nucleares francesas son vulnerables: unos simples activistas con intenciones pacifistas han conseguido, con pocos medios, llegar al centro de una central nuclear. ¿Por qué? ¿Cómo? Porque los dispositivos de seguridad son insuficientes", subrayó la organización.

El ministro francés de Industria y Energía, Éric Besson, señaló que si se confirmaba la infiltración de Greenpeace "eso quiere decir que ha habido disfunciones y que habrá que tomar disposiciones para que no se reproduzca".

Centrales "muy frágiles"

La asociación antinuclear aprovechó para cargar contra la auditoría encargada por el Gobierno francés sobre las instalaciones nucleares del país tras el desastre de Fukushima en Japón, y en particular el hecho de que se haya limitado a evaluar el riesgo de fenómenos naturales, como un terremoto o una inundación.

"Los riesgos de origen humano tendrían que haber sido integrados en este análisis, en una acción de revisión global de la seguridad, afirmó la organización.

E insistió en que pese a las "medidas excepcionales y dignas de las mejores películas de acción" de las que el Ejecutivo se jacta "los militantes de Greenpeace muestran hoy que las instalaciones nucleares francesas son muy frágiles".

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