El "sambódromo" de Génova

Celebración en Génova por la victoria del Partido Popular.
Celebración en Génova por la victoria del Partido Popular.
Chema Moya / EFE
Celebración en Génova por la victoria del Partido Popular.

A ritmo de samba, música latina, temas clásicos, alguna rumba y éxitos electrónicos han festejado los miles de ciudadanos que se han congregado en la madrileña calle de Génova el triunfo de la mayoría absoluta del Partido Popular.

Ni grandes cánticos, ni excesivos gritos, tocaba bailar. Los militantes, simpatizantes y votantes del Partido Popular han tomado la calle desde antes de que cerrarán los colegios electorales para celebrar la victoria que anticipaban las encuestas.

Y el Partido Popular les montó una buena fiesta, con música a todo volumen apta para todos los gustos y reparto de regalos que han hecho las delicias de todos.

"Quiero una bandera", era la frase más repetida por todos aquellos que llegaban a la zona, y hasta 3.000 enseñas azules con las siglas del PP en blanco han sido suministradas por la organización.

Pero no solo banderas, el PP ha repartido caramelos, pelotas de plástico que contienen un chubasquero y bufandas para todos los que querían compartir su felicidad por la mayoría de Mariano Rajoy.

"La mano arriba, la mano abajo...", al son de "Danza Kuduro" también han danzado los simpatizantes, que se han atrevido hasta con las rumbas de los Gipsy Kings y con el pop comercial de Rihanna y Pitbull.

Entre baile y baile, también negocio en la calle. Las banderas grandes de España a 10 euros y las pequeñas a 3, que se han agotado rápidamente entre los asistentes.

Pero además de euforia, también se han vivido momentos de gran emoción para algunos asistentes, especialmente cuando Mariano Rajoy se ha asomado al balcón de Génova.

"Que bote Mariano"

Entre los emocionados, a pie de calle, estaba el secretario general del grupo parlamentario, José Luis Ayllón, acompañado por otros colaboradores del futuro presidente, como la directora de Comunicación, Carmen Martínez Castro.

No obstante, la euforia de la calle contrastaba con la alegría comedida que se vivía en el interior de la sede nacional del PP, como comentaba una trabajadora del partido.

En las dependencias del PP, Rajoy ha vivido la noche electoral acompañado por los máximos dirigentes de su partido, sus tres hermanos y algunos amigos de toda la vida de Pontevedra.

La séptima planta ha sido el escenario principal de la celebración para los dirigentes del PP, que han estado acompañados de sus parejas, a excepción de Soraya Sáenz de Santamaría, cuyo marido se encontraba en casa cuidando de su primer hijo.

También se han pasado por la sede el presidente de honor del PP, José María Aznar, y el exministro de Economía Rodrigo Rato.

Mientras en la calle la gente gritaba: "Que bote Mariano", "Socialista el que no bote, eh", "Rubalcaba, el sueño se te acaba" o "Viva España".

Para no perderse este momento, las hermanas Blanca y Consuelo, de 18 y 20 años, respectivamente, llevaban desde las ocho de la tarde cogiendo sitio en primera fila bajo el balcón.

Hoy han votado la primera vez y lo han hecho a favor del Partido Popular. "Es alucinante el ambiente", decía una de ellas, mientras la otra agregaba: "Hoy toca fiesta, mañana a la Universidad".

Confeti blancos y 'Paquito El Chocolatero'

"Hasta que el cuerpo aguante", comentaban a su lado en primera fila, Isabel y Antonio, un matrimonio que compartía su "ilusión" con otros grupos allí reunidos.

Y como en toda celebración, no ha faltado ni la lluvia de confetis blancos ni los sones de "Paquito El Chocolatero".

Pero no todos tenían la suerte de ver desde tan cerca a los ganadores y han tenido que seguir desde una gran pantalla instalada en la calle los acontecimientos.

Cuando la secretaria general, María Dolores de Cospedal, ha anunciado los resultados, varias personas no han parado de gritar: "Guapa, guapa".

Con el grito de "presidente, presidente" han sido recibidas las palabras de Mariano Rajoy durante su discurso en la sala de prensa de la sede nacional, que ha suscitado grandes aplausos cuando ha dicho que va a gobernar para todos.

Al final de cada conexión durante toda la noche volvía a sonar "Samba da Bahía", de Carlinhos Brown. En ese momento, la calle Génova olvidaba el clima de noviembre al ritmo brasileiro y se convertía en un acalorado "sambódromo".

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