Rubalcaba: "El PP sabe que si explica lo que va a hacer, pierde votos en las elecciones"

Alfredo Pérez Rubalcaba
Alfredo Pérez Rubalcaba
JORGE PARÍS
Alfredo Pérez Rubalcaba

Las encuestas, que auguran mayoría absoluta aplastante del PP y derrumbe del PSOE para este 20-N, llevaron el lunes a Alfredo Pérez Rubalcaba a cambiar su agenda y a hacer minimítines de carretera, además de los mítines ya programados. Esta entrevista se hizo el pasado miércoles, en un coche, entre Almería y Guadix.

Cuando en julio se anunciaron las elecciones, usted estaba mejor valorado que Rajoy prácticamente en todo, y ahora es al revés. ¿Qué ha pasado en medio?

Pues que la derecha que valoraba a Rajoy mal ahora le ve de presidente y le está mejorando. No es que yo haya bajado en mis electores, que he subido. Lo que tengo es una derecha que me castiga mucho más y una derecha que premia mucho más a Rajoy. Como ministro del Interior, la derecha me daba unas notas mejores y ahora como candidato me las da peores. En mi electorado socialista, no estoy igual, sino que estoy mejor. A medida que avanza la campaña se polarizan las posiciones y los tuyos te quieren más y los otros te quieren menos.

Ha hecho usted propuestas nuevas, muchos más mítines de los inicialmente previstos, críticas directas a su rival, una apelación al voto útil… y el voto no se está moviendo, no está recortando. ¿A qué se debe?

Estas son unas elecciones muy importantes. La gente realmente lo está pasando mal, y tienen pesimismo, la sensación de que nada va a ir a mejor. Se celebran en un clima de una gran incertidumbre y desasosiego social y la gente se va a pensar mucho el voto. Va a votar más con la cabeza que con el corazón. Por eso yo he intentado hacer un programa y explicarlo claro y el problema que me he encontrado es que el Partido Popular ni ha hecho un programa ni ha querido explicarlo, con lo cual yo he tenido que hacer un doble trabajo: hablar del mío y del suyo. No ha habido una confrontación democrática, lo que hay es un señor explicando lo que el PP no quiere explicar porque sabe que si explica lo que va a hacer pierde votos.

¿Qué cosas concretas teme que pueda hacer Rajoy si gobierna?

Temo que recortará el subsidio de desempleo porque lo pone en su programa electoral, que recortará derechos laborales porque lo pone en su programa electoral, que revisará cada dos años las pensiones porque lo pone en su programa electoral. Todo apunta que algo de copago habrá. Creo que avanzará la privatización de la sanidad y la educación. Es evidente que va a modificar los derechos de la mujer en relación con su maternidad. No sé qué hará con la ley de matrimonio homosexual, pero todo apunta a que quiere cambiarla, como la Ley de Igualdad de Derechos entre hombres y mujeres…

¿Y no hay una falta de credibilidad en alguna de las propuestas que usted ha hecho? La gente se pregunta por qué algunas de las cosas que ahora propone no se hicieron hace un año o dos o tres.

¿Y por qué Sarkozy y Merkel hacen cada semana una cosa nueva? Porque la crisis tiene nuevas caras. ¿Y por qué Obama ha cambiado tres veces de política económica y por qué Europa está como está y por qué cada 15 días hay consejos europeos? La crisis es una crisis de mil caras y hemos tenido una recaída este verano. Cuando todo el mundo en Europa pensaba que salíamos, de repente nos hemos encontrado con que hemos vuelto a recaer, y si recaes tienes que replantearte cosas. Yo lo que he hecho ha sido plantear una política económica que tiene diferencias a la que hemos hecho hasta ahora porque esta crisis tiene mil caras y hay que ofrecer soluciones para cada nuevo desafío que se nos plantea.

Sus propuestas tienen ahora unos componentes de izquierdas que no se le presuponían a usted, porque usted nunca ha estado en el ala digamos izquierda del PSOE. ¿Esto es posibilismo u oportunismo?

Estoy en la línea que está defendiendo la socialdemocracia alemana o los socialistas franceses o la democracia de izquierdas italiana, todos estamos diciendo lo mismo: que hay que invertir, que hay que pedir más esfuerzo a los que más tienen, hay países que incluso lo están haciendo. Me siento muy cómodo en lo que estoy diciendo.

El jueves de la semana pasada la Comisión Europea empeoró las previsiones económicas prácticamente en toda la zona euro, no solo para España y, además, apuntaba que nos iban a pedir nuevos recortes, ajustes fiscales...

Uno puede ajustar por la vía del gasto o por la vía del ingreso. Uno puede reducir organismos, puede reducir las diputaciones o no reducirlo, ahí te ahorras mil millones de euros.

Pero el desfase que está apuntando es de entre 20.000 y 40.000 millones.

La Comisión no se distingue precisamente por lo atinado de sus predicciones económicas. No, no es eso ni muchísimo menos, es verdad que hay un problema que la gente tiene que entender: que si la economía no crece, para aguantar no tienes más remedio que hacer ajustes o en ingresos o en gastos. Si usted no se preocupa de que la economía crezca, no se va a arreglar el asunto solo con ajustes. Es más, más ajustes es más depresión económica.

Su propuesta se basa mucho en los presuntos ingresos de unos nuevos impuestos a grandes fortunas, grandes empresas, bancos…

…Y una propuesta muy seria contra el fraude fiscal. Propuse que las facturas por encima de 3.000 euros fueran todas por banco para evitar el dinero negro, y los inspectores de Hacienda sacaron una nota al día siguiente diciendo que eran 19.000 millones de euros los que se podían conseguir, punto y medio de déficit.

¿Por qué no se ha hecho antes?

Se está haciendo, el año pasado se afloraron 10.000 millones, y este año me parece que ya vamos por 8.000, por tanto se ha hecho mucho. Ahora yo propongo dar un paso más: que juntemos en una oficina antifraude poderosa todas las inspecciones, la Tributaria, la de Trabajo, la de Aduanas, la de la Policía la de la Guardia Civil… Yo creo que eso lo sé hacer, porque es lo que he hecho en el Ministerio del Interior y ha funcionado con la delincuencia.

¿Qué medida de ajuste de las que se tomaron en mayo de 2010 en el Gobierno en el que usted estaba considera ahora que fue errónea? ¿O cuál fue la más desafortunada, o la más dolorosa, o la que hoy no repetiría?

Sin duda la más dolorosa fue la congelación de las pensiones. Ojo, no de todas las pensiones: las pensiones mínimas siguieron subiendo, que son más de 3 millones de pensionistas, y el conjunto de los pensionistas han ganado poder adquisitivo en los 8 años. Como le dije a Rajoy en el debate: es que vosotros gobernásteis 8 años con crecimiento y las pensiones mínimas ganaron 5 puntos de poder adquisitivo. Nosotros hemos gobernado 4 años buenos y 4 malos y han ganado 27 puntos. Eso marca la diferencia política entre unos y otros

Hay quien piensa que la crisis es el fin de un modelo económico a nivel mundial. ¿Es eso demasiado apocalíptico?

Es demasiado apocalíptico, pero es verdad que de la crisis ningún país va a salir como entró. Europa no va a salir como entró. Europa aprobó en Lisboa medidas para aumentar nuestra competitividad y la verdad es que luego hemos bajado todos la guardia y ahora tenemos un problema de competitividad muy importante y por tanto Europa tiene que hacer las cosas de otra forma distinta y España también. ¿Hay que cambiar las formas en las que producimos o incluso las cosas que producimos? Sin ninguna duda, por tanto, sí, es una crisis muy profunda, una crisis que nos ha puesto de bruces frente a una realidad y es que los llamados países emergentes ya no lo son y hoy compiten con manos de obra más bajas, con gastos sociales más bajos y si nosotros no estamos dispuestos como creo que no estamos a renunciar a nuestro modo, a nuestra forma de entender la vida, salarios y gastos sociales, no tenemos más remedio que hacer las cosas mejor y hacer las cosas mejor es innovar, es investigar.

Otra cosa que nos ha traído la crisis es un cierto fracaso de la política o de la soberanía de la política para echarse en manos de presiones de los economistas, de los técnicos…Tenemos dos casos recientes de dos gobiernos, en Grecia y en Italia, en manos de técnicos o de tecnócratas.

Son gobiernos en todo caso con un grado de provisionalidad, habrá elecciones pronto. Hay mucha gente que hace ese tipo de argumentación pero yo creo que es justamente al contrario, que estamos en una crisis que tiene su origen en una decisión política. En los años 80 y los 90, los países del mundo decidimos globalizar la economía, levantar las fronteras, acabar con los aranceles, fomentar el comercio mundial, el sistema financiero… y no pusimos reglas. Y ahora estamos pagando muy caro que no haya reglas, y por tanto lo que hay que hacer es ponerlas. En el mundo, en Europa y en España. Por eso es tan importante la política.

En el Banco Central Europeo está ahora al frente alguien que estuvo, digamos, en la zona casi oscura de lo que fue el inicio de la crisis financiera. ¿Eso no es una derrota de la política?

No. Creo que el presidente del Banco Central se elige entre parte de los países y no conozco su currículum, y no me atrevería a criticarle… El problema de fondo no es quién preside el Banco Central Europeo, sino qué hace el Banco Central. Creo que en este momento tenemos un problema con el Banco Central importantísimo. O el Banco Central decide actuar en defensa de la deuda soberana de los países de la zona euro o esto no tiene arreglo.

Eso se está diciendo desde hace ya mucho, pero ¿qué tiene que pasar para que se revisen ese tipo de estrategias?

Pues que el Consejo Europeo tome el toro por los cuernos y decida que así no podemos seguir. La pregunta es cuánto tiempo aguantan los países. Cuánto tiempo aguanta la zona euro con una deuda al precio que la tenemos en este momento. Pues no aguanta mucho. Cada día que pasa, hay más necesidad de actuar, y al final se actuará y no hay otra solución, creo yo, que decirle al Banco Central que actúe como actúa la Reserva Federal norteamericana o el Banco de Inglaterra. Hace falta una decisión política y de hecho cuando hay que tomarla se toma. Los mercados tienen que recibir un mensaje de la zona euro que es que no estamos dispuestos a que jueguen con nuestra moneda, es tan sencillo como eso. Es política, política.

¿Se atreve a hacer una quiniela de, si gobierna usted, cuándo sufriría una inflexión la curva del paro e iría hacia abajo?

Es muy difícil hacer predicciones de esa naturaleza. Yo lo que sí digo es que voy a poner en marcha toda la maquinaria del Estado para crear empleo. Y no le puedo decir a un parado que va a encontrar trabajo al día siguiente, pero sí le digo que lo encontrará y que mientras lo hace tendrá una sanidad pública gratuita, sus hijos podrán recibir una educación de calidad, sus mayores contarán con ayudas para seguir disfrutando de su vida... Y también me comprometo, a diferencia de Rajoy, a mantener el subsidio de desempleo.

¿Se creará empleo en el 2012?

Mi propuesta que es la de subvencionar a los empleadores que creen empleo, a las empresas que creen empleo. Es una propuesta que funcionará. Habrá creación de empleo en el 2012, con toda seguridad. Cuánta, en qué extensión… en fin, eso es muy difícil de predecir. Tenemos varios problemas que resolver. Uno, los estímulos que tenemos que hacer para crear empleo que yo los he puesto encima de la mesa con toda claridad y cómo se financian. Y dos, tenemos un problema de crecimiento económico, es que al mismo tiempo tenemos que crecer. Si la economía no crece, sencillamente, no hay creación de empleo. Sólo con ajustes, no creceremos y cuanto antes se dé cuenta Europa, mejor. Por tanto hay que hacer las dos cosas. Una depende solo de nosotros que es las subvenciones al empleo, yo eso lo voy a hacer, y otra depende de Europa donde hay que pelear muy duro para conseguir que se convenzan de que hay que hacer actuar al Banco Europeo de Inversiones.

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