Pablo Alborán: "He conocido la fama y no me gusta"

  • El cantautor malagueño publica mañana nuevo disco, 'En Acústico'.
  • Acaba de volver de los premios Grammy Latinos en Las Vegas.
  • Hablamos con él sobre amor, fama y canciones.
El músico Pablo Alborán.
El músico Pablo Alborán.
Jorge París
El músico Pablo Alborán.

En un año pueden pasar muchas cosas: uno puede cambiar de trabajo, de ciudad o de novia. Pablo Alborán ha pasado de colgar sus vídeos en Youtube a convertirse en ídolo de masas. Doce meses intensos donde los haya en los que no ha perdido la sonrisa. El periodista pide cerveza. Pablo, agua y fruta. Cuando uno está en el centro de todas las miradas, hay que cuidarse.

Nuevo disco, y en directo. ¿Por qué no uno de estudio con nuevas canciones?

Porque es algo que la gente quería. Cuando saqué los vídeos en Youtube lo hacía sólo con mi guitarra. Me apetecía devolverle a la gente una versión más cercana e intimista de mis canciones. Quería que se viera el directo y el papel de los músicos, que son excepcionales.

Y el fin de semana antes de salir, el disco se filtra en Internet. ¿Cómo lleva eso?

Mal. No sé cómo ha podido ocurrir. Es una pena, porque hay mucho trabajo detrás del disco. Se podían haber esperado a que saliera. Me ha molestado, la verdad.

Le molesta, pero al mismo tiempo, le debe mucho a Internet...

Sí. Le debo todo a Internet. Es una herramienta muy útil a todos los niveles, también como promoción. Pero creo que hay que encontrar la manera de que el artista obtenga una remuneración. No sé cuál es la fórmula para que esto funcione. Se podría regular Internet para luchar contra la piratería, pero no se quiere.

Hábleme de sus canciones ¿El amor es una fuente inagotable para componer?

También hablo de otras cosas, pero al final siempre vuelvo al amor. En todo hay amor, y lo digo sin ánimo de parecer cursi.

¿No se ve escribiendo, por ejemplo, una canción reivindicativa con algún tipo de contenido político?

A veces sí necesito escribir sobre cosas que me rodean, pero cuando veo a otros artistas haciendo ese tipo de canciones no siempre me gusta. Prefiero que sugieran a que reivindiquen de manera muy directa. Es como... eres músico, pero no político. Es respetable, pero no es mi estilo.

A sus 21 años, es usted una estrella. ¿El éxito es como lo imaginaba?

La verdad es que nunca imaginé lo que me iba a pasar. Lo puedes ver en las películas, pero cuando te toca vivirlo a ti es bien distinto.

¿Y cómo lo lleva? ¿Le agrada la fama?

Una vez la he conocido, puedo decir que no me gusta. No me gusta sentirme observado y juzgado constantemente. Desde luego tiene una parte buena, que es el apoyo y el cariño. Y ese es el verdadero éxito: que te reconozcan tu trabajo. Si se me conoce por ser cantante, genial. Por otras cosas, mejor no.

Habrá notado el interés de la prensa del corazón...

Sí, pero entiendo que ese es su trabajo, y lo cierto es que yo no soy carne de cañón. He ido a Sálvame y me han tratado con muchísimo cariño y respeto. De hecho fue uno de los programas que me dio la oportunidad de ofrecer mi música, así que chitón (risas).

Acaba de volver de los premios Grammy en Las Vegas... ¿Cómo se siente entre Pitbulls y Shakiras?

En ese tipo de actos, con tanta alfombra roja y tanto derroche... yo siento muchísima vergüenza. Es fácil que se te vaya la pinza, desviar los valores. Pero mantengo la misma manera de vivir: mi familia, mis amigos... y unas costumbres muy normales. Al final, todo eso es una burbuja, y hay que ser consciente de ello. Yo no aguantaría más de cuatro días en Las Vegas. Ha sido maravilloso, pero he vuelto saturado.

Se habrá pasado por algún casino... Sí, pero fue entrar y volver a salir (risas).

No le va el juego, no fuma, ni bebe... Algún vicio tendrá...

Pues no sé... (piensa). ¡Parezco un puritano! A ver, de vez en cuando bebo algo. A veces me apetece desconectar y me puedo beber el agua de los floreros, pero normalmente no tengo tiempo.

¿Siente que sería un mal ejemplo para los chavales?

No, no, no. Si no bebo y me cuido no es por los demás, es por mí. Yo sé que si me bebo una copa o me fumo un pitillo no puedo cantar. La garganta es mi punto débil. Sería imbécil si no me cuidase.

De cara al futuro, ¿le asusta la posibilidad de ser flor de un día y caer en el olvido?

Claro que me asusta. Eso y que mi voz canse, que produzca rechazo. Pero es algo que puede ocurrir en cualquier trabajo, que te vayas a la calle.

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