El exconsejero delegado de Sodercan Salvador Blanco ha achacado el "problema" de la fábrica GFB de Orejo a los "gestores" que, en su opinión, "en algunos casos" no actuaron con el "rigor" que debían, sino que llevaron a cabo una gestión "un poco chapuza", mientras que la empresa pública dependiente del Gobierno de Cantabria ha actuado siempre con el "máximo rigor", además de con "profesionalidad y transparencia". Asimismo, ha negado que hubiera "ningún pelotazo" en torno a la adquisición de la maquinaria.
"Hicimos todo lo posible" porque la planta de fibroyeso echara a andar, ha admitido durante su comparecencia ante la Comisión de Investigación habilitada en el Parlamento regional a petición del PP, para intentar esclarecer lo ocurrido en torno al proyecto, que se encuentra bajo la administración concursal. Además, sus 77 trabajadores se vieron afectados por distintos EREs (Expedientes de Regulación de Empleo).
En la primera parte de su intervención, que se ha prolongado durante tres horas y media, Blanco ha considerado que la planta es "un momio", "una bomba" para cualquier empresa del sector interesada en la producción de placas de fibroyeso, debido a la instalación y a la "buena" maquinaria, como han corroborado expertos en la materia e, incluso, "la competencia".
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