El humor socarrón del escritor José Antonio Labordeta queda plasmado en la última obra de su carrera literaria, Mercado Central, que se publica este lunes, poco más de un año después de su muerte, y que recoge retratos caricaturizados de sus amigos más cercanos.

Con la publicación de este libro póstumo que Labordeta dejó terminado siete meses antes de su muerte, se cierra la obra del escritor que fue autor de numerosos artículos, poesías, canciones y narraciones como Regular, gracias a Dios en 2010.

En esta ocasión, Labordeta realiza retratos caricaturizados de 23 de sus amigos con un humor delirante, pero con un "gran cariño" que denota una "enorme admiración" hacia ellos, ha explicado el editor del libro Raúl Usón.

Así, aparecen las semblanzas de su hermano poeta Miguel Labordeta, que da comienzo al libro, seguida de otras como la de Javier Tomeo que aparece siendo recibido en su pueblo por una banda de música o de Luis García Abrines repartiendo bendiciones en París disfrazado de obispo.

.También caricaturiza al periodista Luis Alegre, a los escritores Cristina Grandes y Antón Crasto, y a Félix Romero, fallecido recientemente, a quien presenta como un "tsunami" que se lleva todos los "malos libros".

Todos ellos, aunque todavía no han podido leer el libro, están "avisados" de estas caricaturas, que además van acompañadas en estas páginas por sus correspondientes ilustraciones realizadas por Luis Grañena, ha señalado Usón.

Usón ha indicado que en ese momento a la editorial no le pareció adecuado publicar el libro, por lo que decidió hacerlo un año después, y así rememorar "todo lo bien que lo hemos pasado con él".

La presentación del libro está prevista para principios de diciembre y será toda una "fiesta de la amistad" en la que se refleje, una vez más, el cariño que sus amigos le tenían, ha resaltado.

Este libro, que ha sido prologado por su amigo José Luis Melero, pondrá fin a la obra literaria de Labordeta, ya que según Usón, fue el único que dejó preparado para la imprenta antes de su muerte, aunque tenía la intención de escribir una novela corta sobre un anarquista, titulado: "El asesinato de la calle Boggiero".

"Nos lo comentó a José Luis y a mí en alguna ocasión, pero creo que sólo le dio tiempo a escribir unos once o doce folios", ha comentado.

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