El Museo del Prado abrirá todos los días de la semana a partir del próximo 16 de enero, además del Viernes Santo, según aprobó este jueves el Real Patronato de la institución en un pleno presidido por la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde.

En 2012, la pinacoteca abrirá de 10 a 20 horas, de lunes a sábado, y de 10 a 19 horas los domingos y festivos. Actualmente, las visitas son de martes a domingo entre las 9 y las 20 horas. El Prado solo permanecerá cerrado tres días al año: 1 de enero, 1 de mayo y 25 de diciembre.

La decisión forma parte de un plan que incluye un paquete de medidas para la mejora del servicio público y que pretenden, además, garantizar la sostenibilidad económica de la institución en los próximos años. Para el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, supone además "un mayor valor añadido a la ya magnífica oferta cultural y turística no solo del propio museo, sino también de toda la ciudad".

Con la apertura de los lunes y del Viernes Santo, el Prado abrirá 53 días más al año, lo que refuerza su posición como el museo público europeo con mayor horario de apertura (3.542 horas al año). De esta manera, se unirá al reducido grupo de grandes museos internacionales que abren sus puertas al público todos los días de la semana, en el que se encuentran los británicos Tate Modern y British Museum; los holandeses Rijksmuseum y Museo Van Gogh; y la estadounidense Nacional Gallery of Art de Washington.

La exposición El Hermitage en el Prado, que forma parte de las iniciativas con motivo del Año Dual España-Rusia 2011,  será la primera que se beneficiará del nuevo calendario.  La muestra se inaugurará el próximo 8 de noviembre.

Las medidas aprobadas este jueves por el Patronato se reflejarán también en un incremento del horario de acceso general gratuito a las colecciones del Prado, que será de aplicación las dos últimas horas de visita todos los días de apertura, de 18 a 20 horas, de lunes a sábado, y de 17 a 19 horas los domingos y festivos.

Con la apertura de los lunes, el Prado tratará de compensar con nuevos ingresos la pérdida progresiva de la aportación pública prevista por el Plan de Austeridad 2010-2013, y espera alcanzar al final del período la financiación con recursos propios del 60 por ciento del presupuesto del gasto corriente del organismo.