Camila, 15 años: "Mi día empieza cuando mi hija me sonríe"

Una madre adolescente, con su bebé.
Una madre adolescente, con su bebé.
JORGE PARÍS
Una madre adolescente, con su bebé.

Transmite serenidad, a pesar de que en su conversación salen a relucir palabras como aborto, angustia y mucho miedo. En esa tranquilidad tiene mucho que ver Ágatha, de cinco meses y unos ojos que parece no cerrar nunca. Se llama Camila, la próxima semana cumple 16 años y es madre adolescente.

Sin todavía llegar a los 15, descubrió que estaba embarazada. Lleva desde los tres años en España –nació en Cuba– y un año y medio de relación con el padre de Ágatha. Primera reacción, aconsejada por su madre, el aborto. Ya cuando la atendieron en Servicios Sociales, con todo cerrado para la intervención, llama su novio: "Tengo un mal presentemiento". Y cambió de planes.

Una amiga le habló poco después de la Fundación Madrina, "aconfesional y apolítica" –explica su portavoz, Yolanda Melul–, y Camila entró en uno de sus pisos de acogida para madres como ella. "Mi mamá me echaba de casa si no abortaba, pero no pude. Y en Madrina me ayudaron muchísimo", asegura. Cambió de colegio – "me miraban y chismorreaban"– y se vio obliga a dejar los estudios. Su madre, entonces, se convirtió en su mejor aliada: "Fue mi profesora con Ágatha".

¿Cómo se levanta día a día una madre que no llega a los 16? Estuvo cinco meses de embarazo con "muchas dudas". Lloró, y durmió poco. Pero "cuando ves lo que llevas dentro, ya es muy tuyo". Ya con Ágatha en el mundo, su madre y su padre viven "con el agua al cuello, con la angustia de pensar que mañana no habrá para pañales". Pero convencidos: "Cuando la veo no importa el mundo, ni lo que digan". La organización los ayuda con alimentos y ellos viven –juntos desde el martes– con ayuda de sus padres.

Hasta los 40 no sale

Agradecida a su novio ("me sacó de un montón de problemas"), Camila bromea con que cuando su hija esté en edad de salir ella todavía será joven para pactar la hora de llegada: "Hasta los 40 no sale, no la quiero en ninguna discoteca".

Mientras, la joven madre empieza su día cuando su niña la "mira y sonríe". Aunque recuerda también lo mal que lo pasó en el parto: "Nació y no lloraba. Vi a mi madre llorar y fue cuando me di cuenta de lo que pasaba. Y, de repente, lloró. El momento más bonito de mi vida".

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