Frank de la Jungla: "En la tele o te mueres o nadie se cree nada"

  • 'Frank de la Jungla' ha estrenado temporada con un récord de audiencia.
  • El leonés ha pasado cuatro meses dentro de la selva con el equipo de producción de Cuatro, para mostrar en su medio natural a los animales más sorprendentes.
Frank Cuesta muestra una serpiente a la cámara en 'Frank de la Jungla'.
Frank Cuesta muestra una serpiente a la cámara en 'Frank de la Jungla'.
CUATRO
Frank Cuesta muestra una serpiente a la cámara en 'Frank de la Jungla'.

Su nombre real es Francisco Cuesta, pero todos le conocen como Frank de la Jungla. Este leonés se dedica a perderse en la selva en busca de los animales más extraordinarios para mostrarlos a la cámara. El estreno de la segunda temporada de Frank de la Jungla (Cuatro, domingos a las 21.30 h) consiguió su propio récord, con un 10,4% de cuota de pantalla y 1.648.000 espectadores.

¿Cuáles son las novedades de esta temporada?

El programa no ha cambiado en cuanto al formato, somos las tres mismas personas, que viajamos por las selvas de Asia buscando animales y grabándolos. Lo que sí ha cambiado es que este año vamos a dedicar más tiempo a mostrar la convivencia durante los viajes, la trastienda. Hay muchos animales, mucha pelea y mucho cachondeo…

Desde luego no es un trabajo de oficina.

No, conlleva una preproducción de dos meses y luego cuatro meses grabando dentro de la selva. Es mucho trabajo porque pasamos periodos de hasta 20 días dentro de la selva, de la que salimos solo para ir a otra zona. Nos lo pasamos muy bien, pero es un trabajo bastante guarro.

Debe ser frustrante estar buscando un animal y que no aparezca…

Este año además buscábamos muchos animales, pero sólo encontrábamos a los que ya habíamos grabado el año pasado. Nos ha costado mucho esfuerzo, pero hemos conseguido imágenes de casi cien animales para ocho programas, lo que es muchísimo.

¿De dónde surgió ese amor suyo por los animales en general y los reptiles en particular?

Por los animales en general pues como a todos, cuando era niño me atraían mucho y es una pasión que no perdí. Lo de los reptiles comenzó como una cuestión de vaguería. Eran animales que no requerían demasiado trabajo para tenerlo como mascota. Yo era entrenador y jugador de tenis y viajaba mucho, por lo que me convenía tener animales así. Poco a poco fui aprendiendo más y hace 14 años, al llegar a Tailandia ya acabé de aficionarme.

Esto de trabajar con bichos no tiene mucho que ver con su profesión de tenista…

No, el mundo del tenis es un poco más pijo. El trabajo con los animales es más severo con la persona puesto que tienes que meterte en la selva o en el campo y tratar con animales que te pueden morder, porque se están defendiendo. A nivel personal, las dos cosas hacen un buen balance.

¿Han pasado miedo esta temporada?

Sí, ha habido momentos muy tensos. Por ejemplo, Santiago Trancho, el cámara, se llevó un castañazo y se le clavó una rama muy cerca del corazón. Yo he tenido varias mordidas, entre ellas una de víbora, que tuvimos que tratar en la propia selva porque no nos daba tiempo a llegar al hospital.

¿Y le guarda rencor a las serpientes que le muerden?

No. Si tú estás jorobando un poco a los animales para grabarlos ellos tienen derecho a defenderse. A veces dan ganas de decirle, “bien hecho tío”. Si juegas con fuego te puedes quemar.

En la primera temporada eran míticas las broncas que les echaba usted a sus compañeros…

En esta también pasa, solo que el cámara se rebela bastante contra mí. Como es más joven me ha ido perdiendo el respeto (risas). No son broncas de todo el rato, solo momentos puntuales en los que hay mucha tensión y el que lleva la voz de mando puede sobresalir. Pero también echan broncas Nacho Medina o Santiago. Son cuatro meses en la selva, es duro. Te vas con tu mujer dos semanas a la selva y acabas divorciado.

Tiene usted fama de borde.

Soy muy borde. Aunque en mi vida personal es diferente. Si estoy solo en la selva y cojo una cobra estoy más tranquilo, pero en televisión las cosas siempre son más extremas. Cada uno te ve de una manera, unos te ven simpático y otros como un gilipollas.

¿Qué le pareció la polémica que ponía en duda su accidente con la pitón?

Yo lo expliqué: eso es lo que pasó. Quedó ridículo porque en condiciones normales eso no te pasa. Yo me la había puesto en el cuello para poder ir hacia Santi y Nacho, pero me caí de culo y ahí fue donde me enganchó. Fue una situación ridícula, porque me metí en un lío sin necesidad. La gente tiene derecho a dudar. En la tele hoy en día o te mueres o nadie se cree nada.

¿Es verdad que se apuesta en Bangkok sobre el día en que morirá usted?

Ahora ya no. Esto fue hace unos años, cuando yo tenía un programa de televisión en Tailandia. Fue cosa de un periódico, pero al final se cansaron de hacer la gilipollez.

¿No se forró usted apostando a su favor?

No nos dejaron. Llamó mi mujer al periódico a apostar porque no me moría, pero no la dejaron.

¿Ha aprendido algo que no supiera rodando el programa?

Siempre aprendes de los animales, aunque sean animales que ya conocías. Además, siempre encontramos animales nuevos. Sin embargo de lo que más he aprendido es de televisión, de los tiempos, de cómo explicar las cosas un poco mejor, de manipular a los animales para que puedan salir bien en la tele.

En Cuatro hay otro gran aventurero, Jesús Calleja. Casualmente también es de León, como usted. ¿Qué tiene esa tierra que genera tantas ganas de aventura?

No te puedo decir… no me considero aventurero. Calleja sí, porque es como un Rambo en pequeñito. Yo solo soy un tío al que le gustan los animales y los busca por la selva. Ni subir montañas ni bucear. Yo cuando veo el peligro tiro para atrás, soy más bien cagueta.

Cuéntenos la historia de sus zuecos y sus calcetines blancos.

En Asia y Sudamérica, en la selva tropical hay muchas bacterias, sanguijuelas, garrapatas, ácaros… que se te van pegando en los pies, debajo de las uñas… Son zonas muy húmedas y te mojas mucho los pies. Después de probar muchos zapatos, la combinación de los Crocs y calcetines es la mejor. Se secan más deprisa y no coges nada. Hace un año una persona atravesó la selva del Amazonas andando y lo hizo con unos zuecos como los míos.

BIO: Este tenista leonés de 39 años viajó a Tailandia con el encargo de poner en marcha una cademia de Tenis y allí lleva once años, enamorado del país y su naturaleza. Ha estado dos veces en coma por picaduras de serpiente. Frank es miembro de la Asociación de Guardianes de Animales de Tailandia.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento