El alcalde de Londres, Boris Johnson, ha sido abucheado este martes por decenas de ciudadanos durante una visita al barrio de Clapham, una de las zonas de la capital británica castigada por los violentos disturbios de la pasada noche y madrugada.

Al igual que el primer ministro británico, David Cameron, Johnson ha interrumpido sus vacaciones de verano para presentarse en la capital tres días después de que comenzara la oleada de actos vandálicos en un barrio del norte de Londres.

Cameron ha incidido en incrementar la seguridad en la capital británica: "Necesitamos muchos más policías en nuestras calles", ha dicho, por eso ha anunciado que en la noche de este martes habrá 16.000 policías vigilando las calles de Londres. "Esto es criminalidad pura y dura a la que tenemos que enfrentar y derrotar", ha añadido el primer ministro británico.

Acompañado por la ministra de Interior, Theresa May, el alcalde lamentó los daños sufridos por "todos aquellos que tienen tiendas y negocios" en la zona.

Johnson tuvo que escuchar las críticas y abucheos de decenas de vecinos del barrio con escobas para limpiar por su cuenta los escombros resultantes de los disturbios.

También con una escoba en la mano, ante las cámaras de televisión, Johnson ha agradecido el esfuerzo realizado por los voluntarios que, siguiendo lo que llamó el "espíritu de Londres", se organizaron para "limpiar ese desastre".

Johnson se ha dirigido asimismo a los responsables de los disturbios en los últimos días para advertirles de que "aquellos que hayan participado en robos y saqueos serán detenidos y se enfrentarán a un severo castigo".

El alcalde ha tenido que alzar la voz para hacerse oír entre los gritos de la gente que le rodeaba.

"Estaba en la peluquería cuando lanzaron un ladrillo contra la ventana y nadie estaba allí para defenderme", se ha lamentado una señora delante de los medios de comunicación congregados, mientras otra pedía la dimisión del alcalde.