Cuidado: el tecnoestrés avanza

  • Trabajo y ocio se confunden en exceso por el abuso que hacemos de los dispositivos móviles y de las nuevas tecnologías de la información.
  • Entre sus efectos: pérdida de concentración y falta de profundización.
El estrés crónico, un mal difícil de diagnosticar.
El estrés crónico, un mal difícil de diagnosticar.
JORGE PARÍS
El estrés crónico, un mal difícil de diagnosticar.

Todos lo conocemos, porque en mayor o menor medida todos hemos acabado por irritarnos hasta el agotamiento por culpa de las nuevas tecnologías. Puede ser momentáneo y no tener mayores consecuencias nuestro enfado con el ordenador o el móvil, pero también es posible que no acabe de pasarse y entremos a formar parte de los que padecen tecnoestrés.

"Este término se refiere al malestar y las secuelas psicológicas y físicas que produce el puesto de trabajo electrónico y el uso intensivo de las tecnologías de la información y las comunicaciones en el ámbito laboral,pero también en el ocio y en la vida familiar", explica el catedrático de Psicobiología José M.ª Martínez Selva, quien nos avisa de la rapidez con la que el asunto se va agudizando.

Una rapidez insana

En su recién publicada obra Tecnoestrés (Paidós),Martínez Selva nos alerta de las consecuencias negativas de la rapidez que traen consigo las nuevas tecnologías. "Hacer las cosas rápido es importante en un mundo acelerado y competitivo como el actual –nos dice–, sin embargo, ser más rápido no quiere decir hacer las cosas mejor". Esto es algo que muchas veces ocurre: se empeora el trabajo por culpa de la rapidez.

Incluso la ortografía sufre: muchos confían totalmente en elcorrector automático y ello da lugar a textos con errores. Pero la rapidez conlleva otras consecuencias como, señala Selva, "la tendencia que tenemos a vivir en el presente, un presente cambiante que nos es muy difícil manejar y al que es casi imposible dar sentido si no se organiza desde esquemas de pensamiento construidos desde la formación, las experiencias y los conocimientos anteriores". Y aún más nos dice este experto: "No se puede vivir bien sometidos a la tiranía del presente y lo inmediato". Además, lo más nuevo no tiene por qué ser necesariamente lo mejor.

Es obvio también que casi todo es más sencillo gracias a las nuevas tecnologías; no obstante, además es cierto que algunas personas están empezando a vivir peor por su causa. Y de ello, motivado por un mal y excesivo uso, nos previene, además de Selva, Nicholas Carr en su obra ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? (Taurus). En ella alerta de la falta de profundización a la que estamos llegando debido a la prisa y la rapidez.

También la capacidad de concentración se resiente seriamente, algo de lo que nos avisa Harriet Griffey en Concéntrate (Temas de Hoy). Señala la autora que al estar acostumbrados a la rapidez y al gran número de informaciones que recibimos a un mismo tiempo, nuestra capacidad de concentración en una sola tarea va perdiéndose. El estar siempre disponible gracias y por culpa de todos los dispositivos móviles que nos acompañan es otra importante fuente de estrés.Y no es, como a veces tendemos a creer, algo obligatorio.

Hemos de ser nosotros quienes pongamos el límite y separemos las distintas facetas y ámbitos de nuestra vida, quienes recuperemos un ocio sin el que nuestra mente no puede ni descansar ni recuperarse.

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