Es mordaz, agridulce y poético. Pawel Kuczynski (Szczecin, Polonia, 1976) retrata sin remilgos los rincones más oscuros del planeta -la explotación, la guerra, el suicidio, la pobreza o el deterioro ambiental- sólo con acuarelas, lápices de colores y papel.

"Algunos dicen que soy un pintor surrealista, pero yo me considero un ilustrador realista en un tiempo surrealista", afirma el artista polaco, uno de los elegidos para representar a la emergente nueva generación de creadores de su país que saltará a la escena europea con motivo de la próxima presidencia de Polonia en la UE.

"Creo que vivimos un momento muy intenso y no necesitamos buscar inspiración", dice cuando se le pregunta por el origen de sus ideas. A veces se le resiste una imagen y pasa horas desarrollándola porque busca la metáfora justa, pero los temas son clásicos y revolotean por su cabeza como un contínuo.

Una casa para pájaros en forma de nevera por la que asoma un pingüino refugiado, sumideros en la orilla de una playa, dos niños pobres intentando limpiar el parabrisas del coche de juguete de un niño rico...

Kuczynski maneja con maestría las situaciones delirantes y verdaderas que provoca el ser humano. "Soy un observador. Vivimos juntos en este mundo desde hace tantos años y seguimos cometiendo los mismos errores. Me gusta pintar sobre el hambre, el racismo, el dinero o la guerra porque son los nuevos temas inmortales y atemporales del arte".

Tiene alma de competidor. En su currículum hay un listado de premios de certámenes en los que ha participado con sus viñetas. Se considera un gran aficionado del concurso y pasa temporadas dedicado sólo a participar en ellos: "La rivalidad es buena para desarrollar las destrezas", dice sonriente.

Tras inaugurar este mes una exposición de 80 trabajos en un local de Cracovia, se prepara para una muestra en Bruselas que se inaugurará en mayo, en un evento cultural que recoge la obra de caricaturistas polacos con motivo de la presidencia este año de Polonia en la UE.