Viaje en el tiempo al Londres miserable del XVII al XIX

  • El Museo de Londres dedica una exposición a las clases más bajas que habitaban la ciudad en tres siglos prósperos para el Imperio Británico.
  • La muestra reúne grabados de Gustave Doré, Théodore Géricault o Paul Sandby.
  • En la amplia colección de desposeídos hay vendedores ambulantes, carpinteros nómadas, cesteros, prostitutas y criminales.
Una mujer pregona el último discurso de los criminales ejecutados esa mañana. Mientras tanto, un niño roba a un viandante.
Una mujer pregona el último discurso de los criminales ejecutados esa mañana. Mientras tanto, un niño roba a un viandante.
Thomas Rowlandson - © Museum of London
Una mujer pregona el último discurso de los criminales ejecutados esa mañana. Mientras tanto, un niño roba a un viandante.

"Las calles eran estrechas, adoquinadas, resbaladizas por el limo de los desperdicios. Las casas estaban apiñadas y abundaban los callejones sospechosos", así describe el escritor Anthony Burgess el Londres que Shakespeare habitaba en el siglo XVII.

El Museo de Londres, dedicado a la ciudad, expone en Street Cries: depictions of London’s poor (Gritos de la calle:  estampas de los pobres de Londres) la vida de los que habitaban las zonas más deprimidas de una urbe de por sí sucia.

Las clases más bajas entre los siglos XVII y XIX están documentadas en grabados de Gustave Doré, Théodore Géricault o Paul Sandby, que ilustran, a veces con excesivo idealismo y otras con la crudeza de la realidad, el peldaño más bajo de la jerarquía londinense: hombres cheposos de tanto cargar el peso del género que venden y mujeres que han remendado su único vestido hasta que parece hecho de parches.

Botas polvorientas y andrajos

No hay distinciones entre los oficios honrados o el pillaje: vendedoras de gambas, carpinteros nómadas, cesteros, una mujer en silla de ruedas, un comerciante de trampas para ratones, prostitutas, criminales...

Los retratos hablan de una ciudad con un alto índice de pobreza extrema en medio de la prosperidad del Imperio Británico y son precursores del mejor documento sobre los que menos tenían en la época victoriana: el libro London Labour and the London Poor (La mano de obra y los pobres de Londres), del periodista Henry Mayhew (1812-1887).

Mayhew escribió en la década de los 40 del siglo XIX una serie de artículos para el periódico Morning Chronicle que luego se publicaron en varios volúmenes. Lo que cuesta mantener a un caballo, el lenguaje de los vendedores callejeros, botas polvorientas, andrajos e inscripciones que los vagabundos tallaban allá a donde iban quedan documentados en esta obra maestra sobre la pobreza.

Un texto ideal como complemento a esta muestra de la miseria británica del pasado que estará en el Museo de Londres hasta el 31 de julio.

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