Guillermo y Kate dicen que quieren una boda sin derroches

  • La Casa Real quiere demostrar que la pareja es consciente de la difícil situación económica actual y la boda no será tan costosa como la de Carlos y Diana.
  • Sin embargo, el Gobierno gastará varios millones en seguridad.
Varias hileras de banderas recuerdan la próximidad del enlace Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton en la calle Regent de Londres.
Varias hileras de banderas recuerdan la próximidad del enlace Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton en la calle Regent de Londres.
Reuters
Varias hileras de banderas recuerdan la próximidad del enlace Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton en la calle Regent de Londres.

En plena época de vacas flacas, el príncipe Guillermo y Kate Middleton pretenden compaginar la pompa asociada normalmente con una boda real con una celebración más acorde con los tiempos que corren.

"Hemos dicho desde el principio, desde que anunciaron su compromiso, que el príncipe Guillermo y Catherine Middleton son muy conscientes de la actual situación económica", subrayó un portavoz de Clarence House, residencia oficial de Carlos de Inglaterra.

A juzgar por los preparativos, la monarquía británica trata ahora de introducir sutiles cambios para celebrar la primera gran boda del siglo evitando caer en despilfarros, en claro contraste con el fastuoso enlace de Carlos y la malograda Lady Di hace 30 años.

Pese a esos buenos deseos, la pregunta que muchos se hacen es si la proclamada austeridad económica va a ser la nota predominante en el evento.

Para empezar, los agentes encargados de la seguridad cobrarán el doble de su salario habitual el día 29, declarado festivo por el primer ministro, David Cameron, despliegue que, según el diario británico Daily Mail, va a crear dificultades a la policía metropolitana.

22 millones solo en seguridad

El citado periódico estima que la seguridad costará unos 20 millones de libras (unos 22,4 millones de euros), cifra que sobrepasa con creces los 7,4 millones de libras (8,3 millones de euros) que costó el dispositivo de seguridad previsto para el G20 en Londres hace dos años.

Al mismo tiempo, los esfuerzos de Guillermo y Kate por seguir una línea austera y una imagen de modernidad no siempre son compatibles con la rigidez de las pautas dictadas por una tradición milenaria.

Con todo hay que reconocer que el número de invitados a la boda es relativamente reducido si se tiene en cuenta que en el año 1981, Carlos de Inglaterra y Lady Di festejaron su enlace ante 3.500 invitados mientras que tan sólo se esperan 1.900 el día 29.

Con motivo del evento, la abuela del novio, la soberana británica Isabel II, ha acondicionado los diecinueve salones del Palacio de Buckingham.

Será en esos salones reales donde, en lugar del tradicional banquete, los 600 amigos, personalidades de la vida pública y miembros de otras Casas Reales asistirán a una recepción más frugal a base de canapés confeccionados por el chef palaciego Mark Flanagan y su equipo.

La galería de pinturas, donde cuelgan valiosas obras de Rembrandt, Canaletto o Tiziano, es el escenario elegido para el corte del pastel de boda que creará para la ocasión la pastelera Fiorna Cairn.

La cena y la velada nocturna, reservadas a 300 invitados entre familiares y los más íntimos de la pareja, tendrán lugaren uno de los salones de Estado habilitado como discoteca en otro gesto de modernidad.

Limusina en vez de carroza

Otro distanciamiento de la tradición que encaja con esa línea de sobriedad lo constituye el hecho de que la novia tenga previsto viajar a la abadía de Westminster en la limusina Rolls-Royce Phantom VI en lugar de la majestuosa carroza de caballos.

La familia real, suculenta fuente de ingresos turísticos, correrá, junto con los padres de la novia, con los gastos del evento -misa, banquete, música, flores, decoración y luna de miel-, mientras que de los costes de seguridad se ocupará el Gobierno.

Concluido el servicio, Guillermo y Kate se trasladarán al palacio de Buckingham en un landó de 1902, coche tirado por caballos que llevará en todo momento escolta real.

Aunque muchos se empeñan en ver en esta boda una reedición del inolvidable enlace de Carlos y Lady Di, el glamour fue entonces la característica predominante de una unión que terminó en sonado divorcio.

Y si entonces el lujo marcó en todo momento la ceremonia, y los novios recibieron más de 6.000 regalos, entre ellos un obsequio del Emir de Bahrein valorado en 1 millón de libras, Guillermo y Kate han pedido a sus invitados, en sintonía con las preocupaciones actuales, que hagan donaciones a organizaciones benéficas.

En cuanto a los medios que retransmitirán la boda, Google ya ha anunciado que emitirá en directo el enlace a través de YouTube.

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