Humphrey en apuros

En la calle Santaló se ubica Gimlet, un cóctel-bar con ambiente musical que promete flechazos al estilo de un filme de los años 40.
Abrí la puerta y la chica pasó delante de mí, sus piernas parecían esculpidas por Michelangelo, y a cada movimiento brillaba la seda de unas medias negras que me volvían algo más que loco.

Empezó a sonar una embriagadora canción a piano, sólo piano. El lugar estaba lleno de gente que hablaba sin parar, pero el volumen de sus voces se deslizaba justo por debajo del hilo musical.

La luz de las velas que se alineaban en la barra alumbraba un gloss destelleante suspendido en sus labios. Los taburetes eran demasiado altos para ser accesibles… justo como ella. Saltó con elegancia y se encaramó a su particular pedestal. Desde lo alto, cruzó las piernas, y el sonido de la seda rozando sus pantorrillas de pronto se hizo audible, por encima de las voces, de la música y de los cubitos de hielo que se agitaban.

Una vitrina en la pared llena de fruta hacía las veces de acompañamiento cítrico a mi noche de escalador de piernas de seda. La luz amarilla rebotaba en las paredes y en las mesas. El eco de sus palabras aún resuena en mi cabeza. Hablamos hasta que su voz resultó ya para siempre cercana, hasta que me aprendí cada m contenida en sus labios color sanguina, cada i con arrugas en la comisura. La imagen debía ser adorable. Yo, sentado ante ella. Ella, sus piernas, la copa en sus manos.

Creo que debería ver menos películas de los años 40… Chicos, este cóctel-bar está en la calle Santaló, 46, se llama Gimlet ¡La chica con medias negras os la buscáis vosotros!

* Más información sobre esta ruta en www.moviocio.com

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