¿El título de Habitaciones cerradas es un símil con la literatura?
Interesante. He escrito alguna vez que la literatura es como una casa llena de puertas a las que vas accediendo y que están comunicadas. Y sí, me identifico con ese símil.
¿Puede trasladarse a los Lax, la familia protagonista de la obra?
Claro. Las habitaciones cerradas pueden tener otra lectura metafórica, estas mujeres de familia con tanto que ocultar y que contar y que vivir. Y puede ser la misma casa, que es importante en la novela, casi un personaje más.
Tuvo que documentarse mucho para escribir la novela.
Mucho, pero con gusto. Realmente es una época tan fascinante que lo que tuve que hacer es ponerme un tope, porque si no, corría el riesgo de pasarme todo el tiempo documentándome y no escribir ni una línea. Y la prensa de la época es tan fantástica que corres el riesgo de no salir.
Es periodista, ¿qué es lo que más le gusta de la prensa de ese momento?
¡Todo! Soy muy rata de biblioteca y he pasado años de mi vida en las hemerotecas leyendo esta prensa de mitad del XIX a mitad del XX. Era un periodismo muy particular, muy distinto al nuestro, muy hecho para una élite de la sociedad donde además veías que el mundo era mucho más pequeño de lo que es ahora. Se informaba de que en las iglesias se empezaban novenas o de que el hijo de no sé quién se había caído de un árbol. Las noticias llegaban muy tarde. Era un mundo en diferido, pero es apasionante leerlo y es un alimento siempre para mis novelas.
¿Cómo apareció el personaje sobrenatural del Santet?
Me pareció maravilloso con ese toque sobrenatural, pero a la vez muy tangible, porque es un personaje que jamás ha sido canonizado, pero que lleva décadas despertando una peregrinación de gente que le pide deseos y que le venera como un santo en su tumba del cementerio del Poblenou. Es imposible saber nada sobre él, apenas hay datos. Los únicos archivos sobre él se quemaron en la Guerra Civil y no sabemos nada.
¿Controla a sus personajes?
Sí, los controlo mucho. Soy bastante mandona con todos ellos, sobre todo porque trabajo mucho con un esquema previo. Y no me suelen sorprender demasiado, aunque a veces hay alguno que tú esperabas que daría menos de sí y de repente crece.
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