Condenas por hasta 24 delitos, un expediente con 42 páginas de antecedentes penales, 1.911 jornadas de redención, 13.300 días por cumplir en prisión... un mundo de cifras rodea la vida de Miguel Francisco Montes Neiro –el preso más antiguo de España– a cada cual más apabullante.

El reo, que lleva en prisión desde 1976 por la acumulación de delitos menores como robo en grado de tentativa, falsificación documental o evasión, deberá esperar aún más a que resuelvan su puesta en libertad. Este martes, el Tribunal Supremo se vio incapaz de excarcelarle de la prisión de Huelva en la que está ingresado –pese a que junta ya más de 35 de sus 60 años a la sombra– por falta de datos concluyentes.

El Alto Tribunal anuló así un auto de la Audiencia Provincial de Granada que rechazaba la refundación de todas las penas de Montes Neiro y reclamó al juzgado que dicte otro que sea más claro. En la sentencia se alegaba que no se podían unificar las condenas en el caso de delitos distintos porque sería como dar al reo "una patente de corso frente a posteriores hechos delictivos".

Sea como sea, el hecho es que Montes Neiro acumula ya más años entre rejas que nadie en España. "El siguiente preso más antiguo es un etarra de los que participaron en el atentado de Hipercor", señala Félix Ángel Martín García, su abogado. En su opinión, y a la vista de este caso, "sale más barato matar".

¿Cómo puede alguien pasar tantos años en la cárcel sin delitos de sangre? Según su defensa, porque debido a la reiteración no se le aplican beneficios penitenciarios elementales como los atenuantes, de los que gozan hasta los criminales más terribles; es un cúmulo de negligencias cometidas por varias instancias: "Jurídicamente es una vergüenza", denuncia. Montes Neiro y su abogado alegan que ha sufrido entre ocho y diez años de más en prisión debido a que no se han aplicado los beneficios penitenciarios mínimos que le corresponderían.

La familia, por su parte, va un poco más allá. Su hermana Encarnación sostiene que varios cargos de Instituciones Penitenciarias están en su contra y no aplican como debieran las resoluciones judiciales.

Miguel Francisco Montes Neiro reclamará ante los jueces que le sea aplicada la máxima condena prevista en el código penal, lo que le llevaría a cumplir, como mucho, otros cinco años entre rejas. Sus familiares temen que, de no ser así, pueda sufrir una cadena perpetua encubierta juntando penas menores.