«¿Alguna vez podré pilotar en su equipo?», le preguntó.

El joven Hamilton tomó buena nota de la respuesta de su ídolo, pero esperó menos tiempo del pronosticado para cumplir su sueño. Pasaron sólo tres años cuando el propio Ron Dennis acudió en busca de esa joya del automovilismo que maravillaba en los karts para ofrecerle un puesto el programa de promesas de su escudería.

Este curioso inicio del actual compañero de Fernando Alonso en McLaren es sólo una anécdota más dentro de una vida dura y plagada de obstáculos.

Su padre, Anthony, emigró a Inglaterra desde Trinidad y Tobago para buscarse un futuro mejor. Allí trabajó en una compañía de ferrocarriles, pero necesitó dos empleos más para satisfacer la costosa afición de su hijo Lewis por los coches y para hacer frente a la parálisis de su otro vástago.

Se metían con él

Por su parte, el futuro piloto, tímido y debilucho, soportaba en el colegio las bromas de sus compañeros y tuvo que apuntarse a clases de kárate para aprender a defenderse.

Esos años de escuela y los problemas económicos en casa curtieron el carácter de Lewis, que encontró en los circuitos una forma para evadirse de la realidad. Paralelamente, sus éxitos deportivos fueron creciendo hasta debutar en un gran premio de fórmula uno la semana pasada en Australia, donde quedó tercero. Ahora, algunos medios le llaman el Tiger Woods del automovilismo por su color de piel, un apodo que no le agrada demasiado: «Para mí no es importante ser el primer piloto negro, pero para este deporte sí», ha asegurado.

Lo que de verdad importa a Hamilton es la parálisis de su hermano: «Él puede hacer la mitad de las cosas que hago yo y, sin embargo, es feliz. Ha sido una gran influencia para mí».

Bio

Nació el 7 de enero en Twin, Inglaterra. Debutó con 8 años en los karts. A los 13 años firmó contrato con McLaren. En 2003 ganó la Fórmula Renault; en 2004 venció en la F-3 y en 2006, en la GP2. Esta temporada debuta en fórmula 1.