Los soldados escucharon dos explosiones fuera del recinto y un equipo de desactivación de explosivos comprobó que uno de los proyectiles había impactado a 200 metros de la valla norte de la base, mientras que el otro calculan que lo hizo a unos tres kilómetros. El  pasado 21 de febrero, la soldado Idoia Rodríguez murió y otros dos militares resultaron heridos al estallar una mina al paso del convoy de vehículos blindados en el que viajaban por la localidad afgana de Shindand.