La Policía Municipal ha desplegado un contundente dispositivo policial en la plaza del Dos de Mayo y sus alrededores. El objetivo es evitar que se repitiera el macrobotellón que en las madrugadas del martes y del miércoles generó una batalla campal entre jóvenes y agentes, que se saldó con 87 heridos y 18 detenidos. Del total de víctimas, 31 eran policías, uno de ellos grave.

La Policía municipal estaba "atenta" a los movimientos que se produzcan en el barrio de Malasaña, según fuentes municipales. A las 22.00 horas del viernes había desplegados en la plaza 18 vehículos patrulla y unos 70 agentes de la Policía Municipal, apostados en cada esquina para controlar el acceso a la zona. Además, podían verse unos 15 efectivos 'antidisturbios' de la Policía Nacional en tres vehículos.

En cada uno de los cruces de calles de los alrededores (San Andrés, Ruiz, Velarde, La Palma, Corredera Baja de San Pablo, San Vicente Ferrer, Fuencarral) había al menos tres agentes. Otro coche policial montaba guardia en la Corredera y cuatro más esperaban en Barceló.

El trasiego de gente en las calles del barrio era sensiblemente inferior al habitual una noche de viernes. No habia nadie haciendo botellón.

El despliegue policial continúo hasta las 3 de la mañana y no se sucedió ni un sólo incidente.

Hubo menos gente de la habitual, por tanto a las 7:15 de la mañana la calle estaba limpísima.

Los vecinos piden explicaciones.

El movimiento vecinal Maravillas-Malasaña se reunirá el lunes con la delegada del Gobierno, Soledad Mestre, para tratar el asunto de los disturbios.

Los vecinos aseguran que el problema va más allá de la celebración o no de las fiestas del Dos de Mayo: "Queremos que se preocupen por el barrio, que ni siquiera tiene dotaciones deportivas", declaró un portavoz. El botellón, según los vecinos, requiere más presencia policial todos los fines de semana, no uno sólo al año.