El duque de Palma, Iñaki Urdangarin, acompañado de su abogado, Mario Pascual Vives (d), a su llegada a los juzgados de Palma para declarar por segunda vez como imputado por las supuestas irregularidades detectadas en la gestión de fondos públicos por parte del Instituto Nóos.
EFEEl duque de Palma, Iñaki Urdangarin, saluda a su abogado, Mario Pascual Vives (i), frente a los juzgados de Palma.
EFEEl duque de Palma, Iñaki Urdangarin, acompañado por su abogado Mario Pascual Vives (i), camina hacia los juzgados. A la entrada, decenas de medios aguardan su llegada.
EFEIñaki Urdangarin, a su llegada a los juzgados de Palma, el pasado mes de febrero. Esta imagen, la del yerno del jefe del Estado a punto de declarar antes un juez por un caso de corrupción, fue la que inició la cascada de problemas para la Casa del Rey.
Ballesteros / EFELa declaración de este 23 de febrero ha sido la segunda del duque de Palma como imputado en el 'caso Nóos'.
EFEUn grupo de manifestantes protesta frente a los juzgados de Palma contra Iñaki Urdangarin y la monarquía.
EFELos vecinos del barrio de Palma donde se encuentran los juzgados han colgado algunas ristras de chorizos de balcón a balcón a modo de protesta, en el día que Iñaki Urdangarin ha acudido hasta allí para declarar por segunda vez ante el juez.
Montserrat T. Díez / EFEUno de los manifestantes que se han concentrado frente a los juzgados de Palma porta varias pancartas con la imagen del rey y la frase "Nóos llena de orgullo y satisfacción...", en referencia al caso Nóos por el que está imputado el duque de Palma, Iñaki Urdangarin.
EFEA la izquierda, imagen de Iñaki Urdangarin cuando acudió a declarar por primera vez el 22 de febrero de 2012. A la derecha, el duque de Palma a su llegada a los juzgados para declarar por segunda vez como imputado.
EFEEl duque de Palma, Iñaki Urdangarin, abandona los juzgados de Palma tras prestar declaración durante cuatro horas como imputado por las supuestas irregularidades detectadas en la gestión de fondos públicos por parte del Instituto Nóos.
Ballesteros / EFE