La Champions League 2014-15 ya tiene conformadas sus semifinales. El fugaz sorteo celebrado este viernes en la localidad suiza de Nyom, con más de prolegómenos y presentaciones que de sorteo en sí, emparejó al Barcelona con el Bayern de Múnich y al Real Madrid con el Juventus de Turín.
Los partidos de ida se disputarán el 5 y el 6 de mayo, respectivamente, mientras que los compromisos de vuelta se jugarán el 12 y el 13 de mayo. El Olympiastadion de Berlín acogerá la final de la Champions el sábado 6 de junio. Además, la sesenta edición de la Liga de Campeones tendrá al vencedor de la eliminatoria entre Juventus-Real Madrid como local y del Barcelona-Bayern Múnich de visitante.
Las bases del sorteo establecían que el primer equipo del emparejamiento en salir del bombo disputará el partido de ida como local y, como sucede en otras rondas, los equipos que jueguen el martes lo harán la siguiente semana el miércoles y viceversa.
El Barça presenta seis victorias y ocho eliminaciones en sus presencias en las semifinales de la Champions League. En sus enfrentamientos directos con el Bayern, la estadística favorece al equipo bávaro: una victoria culé, dos empates y cinco derrotas. El club azulgrana, que se ha enfrentado al Bayern siempre después de 1995, marcó nueve goles y recibió quince en esos ocho enfrentamientos.
Como recuerda la propia UEFA tras el sorteo: "El Bayern ha ganado en tres de sus cuatro visitas a Barcelona, ya que también ganó por 1-2 en la fase de grupos de 1998-99. Sin embargo, su otra visita al Camp Nou terminó con una derrota por 4-0 en la ida de los cuartos de final de la UEFA Champions League de 2008/09".
En cuanto al Real Madrid, con trece victorias y doce derrotas en unas semifinales de la máxima competición continental, los blancos han derrotado a la Juve en ocho ocasiones, han empatado en una y han perdido en siete, recibiendo dieciocho goles y marcándoles dieciséis. El equipo turinés regresa a una semifinales de la Champions doce años después (temporada 2002/03) y su rival en aquella edición, precisamente, fue el Madrid, al que eliminó para perder en los penaltis la final con el Milan. Antes, Real Madrid y Juven protagonizaron la final que supuso la séptima Copa de Europa blanca.
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