Chaves Ruiz ha prestado declaración y ha sido imputado como presunto autor de una falta de lesiones, de la que se ha dado cuenta a la autoridad judicial, según informó la Jefatura Superior de Policía de Sevilla.

Un portero por afición y "muy bético"

Ángel Chaves Ruiz, 30 años, casado, de profesión frutero y portero por afición de un equipo de la Primera Andaluza.

"Es muy bético", relataban a 20 minutos fuentes del Castilleja, un equipo que vivió, incrédulo, el agobio de las cámaras y los micrófonos por un acto que aún no terminan de creerse y que les "cogió por sorpresa".

"Es un tío alegre, bromista... muy buena gente", lo definía Paco Cidoncha, secretario del club, una entidad a la que Ángel siempre ha estado vinculado "toda la vida, desde alevín", recordaba Cidoncha.

"Trabajador y un chaval formidable", añade Selu, su entrenador en el equipo en los últimos tres años.

El martes, sin embargo, no entrenó y prestó declaración en dependencias policiales, siendo imputado como presunto autor de una falta de lesiones. El Betis anunció que en el caso de que sea socio de la entidad verdiblanca, inhabilitará su carné.

Rumor en el pueblo

Aunque no es fijo en los esquemas de Selu, Ángel estaba contando con cierta continuidad esta temporada. Sin embargo, el pasado domingo, curiosamente, no jugó. Desde hace días un rumor recorría las calles de Castilleja de la Cuesta: Ángel podría ser el del famoso "botellazo" a Juande Ramos.

"Ya me había enterado de algo hace diez días. Bulos, rumores entre la gente del pueblo. Se dice, se escucha... el domingo más o menos ya tenía clara esta noticia", reconocía Selu. "Lo siento, pero no puedo atenderle en este momento», indicaban a 20Minutos en el domicilio del presunto agresor.

"Nunca ha dado problemas", recuerdan desde el club. "Jamás ha faltado a un entrenamiento", apostillan. Hace dos semanas, sin embargo, faltó a dos sesiones –que suelen arrancar sobre las 21.00 horas– por encontrarse enfermo. "Viendo todo este tema que ha salido, igual estaba de bajón", reflexiona un integrante del Castilleja, que sigue sin poder creérselo.