Ronaldinho no está atravesando su mejor momento de forma. Aunque el presidente del club, Joan Laporta, pide "ayuda" para él, la grada del Camp Nou se divide entre pitos y palmas hacia el brasileño y muchos piensan ya que lo mejor es venderle: Chelsea y Milán andan al acecho.
Pero quién más claro parece tenerlo es el técnico del Barcelona, Frank Rijkaard. El holandés tiene motivos deportivos (la mala forma física del jugador ) y extradeportivos (las salidas nocturnas de Dinho antes de varios partidos) para sentar al brasileño en los últimos partidos. Un motivo más, de índole personal, ha surgido con fuerza como causante de que Ronaldinho chupe banquillo.
Según publica hoy el portal servifutbol.com, recogiendo a su vez una noticia de todocorazón.com, Lindsay Rijkaard, de 20 años, tiene una relación sentimental con el jugador. Lindsay es fruto del primer matrimonio de Frank y tiene su residencia en Barcelona. El rumor no es nuevo, pues
Las preguntas que surgen ahora son varias: ¿será la relación de Ronaldinho con su hija la principal razón por la que Rijkaard le manda al banquillo o ni le convoca? ¿Le habrá pedido a Laporta la venta del crack brasileño para alejarle de su hija?
Ronaldinho se entrena en el Camp Nou
El futbolista continuó durante la tarde con el trabajo de recuperación de la contractura que sufre en el gemelo de la pierna derecha en una sesión de trabajo de media hora para comprobar la tolerancia del músculo al esfuerzo físico.
Ronaldinho realizó varias series de carrera encaminadas a mejorar los apoyos y pudo trabajar durante algunos minutos con balón.
En vídeo: el ataque de la prensa y la defensa de Rijkaard y Laporta
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