Dio la cara, jugó con intensidad, 'a la italiana', en un derbi, que vio Ronaldo en la grada, en el palco de jugadores. Estuvo en todas las batallas. Y su gol calma la agitada atmósfera del club. El Atlético, con un derroche físico interesante, no contó a la hora de la verdad con la calidad de

Tuvo vértigo como siempre. Vértigo cuando de inmediato Cassano ilusionó al madridismo con un gol balsámico. Ese gol olvidó los malos tragos de la semana.

El Atlético echó de menos a Ibagaza y a Maxi. Mucho más que el Madrid a Ronaldo.

Le costó a Gabi y a Luccin tener la posesión de la pelota, aunque llegó a empatar el partido, el Madrid llevó el mando.

A Kezman le vino bien el gol. No lleva una buena racha, pero el serbio siempre aparece en los grandes partidos. Y eso es un buen síntoma. Kezman es experto en resolver barullos en el área. El de hoy, lo definió con elegancia, con un tacón que no pudo ver Iker. El Atlético perdió a Valera por lesión. Salió

El duelo de la noche más esperado era Salgado-Petrov. Lo ganó Míchel por casta. Jugó Salgado con la ilusión de un juvenil. Atento en la marca y notable en sus subidas al ataque.

Tras el descanso, el fútbol fue más trabado, con todos los ingredientes de un partido de máxima rivalidad.

El Madrid, en resumen, hizo sus deberes y prepara el partido más importante del año en Londres el miércoles en Highbury ante el Arsenal. Allí, Raúl Bravo se perfila ya como titular al lado de Sergio Ramos.

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