El Real Madrid tendrá que cerrar su avance a la Final Four de Milán en el Palacio de los Deportes este próximo viernes después de encadenar este miércoles su segunda derrota en la cancha del Olympiacos (71-62) y ver igualada su eliminatoria tras las dos victorias de los blancos en los dos primeros encuentros. No fue la mejor noche de los madrileños.

De nuevo un ejercicio de intensidad y pasión el visto en el Pabellón de la Paz y la Amistad. La rocosa defensa de los de El Pireo se le atragantó  mucho a los de Pablo Laso, que no pudo jugar con lucidez en la pintura y cuando conectó con ésta se topó con muchas manos blandas. Pese al protagonismo ofensivo de Rudy (20 puntos) fue el Madrid a arreones y los locales gestionaron con cierta comodidad las rentas que fueron alimentando (69-60 al entrar en el último minuto).

El Madrid solo tuvo opciones de inicio, en un primer cuarto en el que salió dispuesto a competir y que finalizó por delante en el marcador (15-16). Un tanteador, el del primer cuarto, que marcó la tendencia de la baja anotación que acompañó durante todo el partido. Una guerra de guerrillas donde los griegos llevan ganando al baloncesto desde el principio de los tiempos.

Tras ese buen inicio, el equipo de Pablo Laso tuvo la losa de verse por detrás en el marcador prácticamente en todo el partido. Siempre es más difícil jugar a contracorriente en cualquier partido; pero la dificultad crece hasta el infinito si esa situación se da en una cancha como la de Olympiacos.

Los de El Pireo tomaron las riendas a partir del segundo cuarto, en el que aparecieron Papapetrou y Printezis para poner la primera gran distancia del partido (32-21, min.17). No fue la única vez que el equipo de Laso estuvo cerca de claudicar en el partido y lo que sí demostró el conjunto blanco fue una buena capacidad de sufrimiento a pesar de no jugar bien el baloncesto.

Tras otro arreón de los de Bartzokas (44-37, min.26), Rudy y Bourousis  sacaron el carácter para dejar el partido en un pañuelo con todo por resolverse (49-47, min.30). El pivot griego hizo un papel más destacado que en el tercer partido, pero aún así su nivel no fue el mismo que mostró en Madrid la semana pasada.

El último cuarto empezó con la única canasta de Sergio Rodríguez en el partido. Un 'Chacho' que acabó con 1/8 en tiros de campo, termómetro sobre el parquet del juego madridista. Este miércoles el tinerfeño dio la de arena, y sus porcentajes fueron fiel reflejo del desacierto blanco: 13/31 en tiros de dos, 5/22 en triples y 21/28 en tiros libres.

Olympiacos no estuvo mucho más acertado, pero si que tuvo más temple en la parte final del partido. Y eso que no tuvo a Spanoulis --4/14 en el tiro-- para decidir cuando la pelota más calienta. Ese papel se lo reservaron Dunston para realizar el último despegue y Lojeski, que con un triple a falta de minuto y medio condenó la serie al quinto partido. Ahí el Real Madrid, bajo el abrigo de su público, ya no tendrá margen de error.

Por otro lado el Maccabi de Tel Aviv estará en la 'Final Four' de Milán después de doblegar en el cuarto partido (86-66) al EA7 Milán, con lo que cerró la eliminatoria por 3-1 y jugará una de las semifinales de la competición, la que le enfrentará ante el vencedor del CSKA-Panathinaikos, eliminatoria que se resolverá el próximo viernes.

El equipo hebreo no falló en el cuarto partido de la serie, en el que empezó dominando el equipo italiano pero en el que un parcial de 32-10 en el último cuarto fue definitivo para el devenir del partido. Tyus y Hickman, con 16 puntos cada uno, fueron los mejores de un equipo, el israelí, que estará en la 'Final Four' tras dos años de ausencia.

El Panathinaikos griego se impuso en la prórroga al CSKA de Moscú por 73-72 para alargar la eliminatoria de cuartos de final de la Euroliga entre ambos hasta el quinto y definitivo partido, que se jugará el viernes. El CSKA consiguió forzar la prórroga pese a ir perdiendo por nueve puntos a tres minutos del final. Empató 64-64 al término de los 40 minutos. En el tiempo añadido el equipo griego se apuntó el triunfo por un solo punto gracias a un fallo desde la línea de personal de Sonny Weems.