Tres temporadas cumplirá José Mourinho al frente del Real Madrid en junio y, en este tiempo, no ha dejado indiferente a nadie y, mucho menos, a sus jugadores. El último frente abierto es el de Iker Casillas, quien, por segundo partido consecutivo, se queda fuera de una convocatoria y no estará este miércoles en Champions contra el Galatasaray, en la ida de los cuartos de final. Ya no es que no sea titular, es que el entrenador portugués considera que no se ha ganado el "alta competitiva" ni para estar en el banquillo, tras la lesión en la mano izquierda que le ha mantenido de baja dos meses: "He sido honesto con él".

El primer desencuentro entre Mou y el capitán del Madrid se produjo en agosto de 2011, cuando el luso decidió dejar en el banquillo al guardameta los 90 minutos del Trofeo Santiago Bernabéu, precisamente contra el Galatasary. La suplencia sonó a castigo por la llamada que hizo Iker a sus amigos barcelonistas Xavi y Puyol para limar asperezas tras la tensa Supercopa que habían disputado unos días antes.

En el último partido de 2012 se produjo otro encontronazo, al darle Mou la titularidad a Adán contra el Málaga "porque estaba mejor". Mourinho vendió la suplencia como un toque de atención para hacerle reaccionar, pero nadie se lo creyó, y menos, cuando, tras la lesión de Iker, el Madrid fichó a Diego López, titular desde que llegó a la casa blanca.

El otro gran conflicto sin resolver del entrenador se llama Sergio Ramos. El central andaluz siempre ha respondido a su entrenador cuando este ha criticado al equipo ante los micrófonos. Ramos ha insistido en que "los trapos sucios se lavan dentro de casa" y que "cuando perdemos, perdemos todos", en alusión velada a Mou.

Uno de sus roces más sonados se produjo cuando el portugués cambió el pasado octubre a Özil contra el Depor en el descanso. La respuesta del defensa fue jugar la segunda parte con una camiseta del centrocampista alemán debajo de la suya, como reivindicación y ante la posibilidad de poder exhibirla marcando un gol. Antes, a principios de Liga, Mou ya había dejado al sevillano y a Özil en la suplencia en el primer partido del Madrid en Champions en el Bernabéu contra el Manchester City, un supuesto castigo por las derrotas madridistas en Getafe y Sevilla.

La situación llegó a ser insostenible y, según el Marca, tanto Ramos como Casillas pidieron a Florentino Pérez que eligiera entre ellos y el entrenador, aunque el presidente lo desmintió.

El clan de los españoles siempre ha sido señalado por Mou, acusándoles de que sitúen por delante a la selección frente al Madrid. Sin embargo, el técnico merengue también ha chocado con su máxima estrella Cristiano Ronaldo. La primera vez ocurrió tras un duelo de Champions contra el Barça en 2011, tras el cual, CR7 afirmó: "No me gusta jugar así, pero me tengo que adaptarme". La respuesta fue su salida de la convocatoria para el siguiente choque contra el Zaragoza.

Más recientemente, este año, según varias fuentes, Mou y Cristiano tuvieron que ser separados en el vestuario de Mestalla, después de que el preparador le acusara al delantero de que se "estaba escondiendo", a lo que Ronaldo reaccionó diciéndole: "Yo doy la vida por ti, pero no eres justo al criticarme". Albiol explicó así la trifulca: "Fueron opiniones y nada más porque los dos se exigen al máximo".

A Benzema le ha señalado varias veces por su falta de entrega y compromiso. Además, dos futbolistas se han convertido en ángeles caídos: a Di María le ha acusado de jugar peor desde que cobra más y a Coentrao de estar fuera de forma y de ser un indisciplinado. Algo menos habitual fueron las críticas que vertió sobre Khedira, intocable para Mou, cuando en la temporada pasada le responsabilizó de la derrota en Levante, al ser expulsado: "Es culpa de un jugador mío, que sabía que ese tipo de situación se podían dar y Khedira ha caído en la trampa".

Los roces de Mourinho con la plantilla blanca no han salpicado a Xabi Alonso ni a Arbeloa, dos de sus jugadores más fieles y que siempre le han defendido. Mientras que Casillas y Ramos no han comulgado con la constante polémica que fomenta dentro y fuera del terreno de juego Mou, Xabi y Arbeloa se han acercado cada vez más al técnico. Tanto, que su actitud durante el último partido de ida de semifinales de la Copa del Rey en el Bernabéu, en el que ambos acariciaron varias veces la cara de Messi para provocarle, ha traído como consecuencia un distanciamiento de los dos madridistas con el resto de la selección, incluso con Ramos, quien hace poco afirmó que ficharía a Sergio Busquets.

Arbeloa ya defendió a su entrenador cuando este cargó contra la cantera blanca: "Para el Madrid no todo el mundo vale. La gente quiere canteranos que sean buenos". Y Xabi Alonso insiste siempre que puede en que "Mou es el mejor entrenador que podemos tener y no tengo dudas de que quiero que sea él el que me siga entrenando".