El K4 español, medalla europea, apunta a Río: "Nuestra estrategia es no hablarnos en la prueba"

  • Javier Hernanz, Rodrigo Germade, Óscar Carrera e Iñigo Peña logran la primera medalla para España en unos Europeos en la modalidad de 1.000 m en el K4.
  • "Tenemos muy buen trato, nos reímos mucho, lo pasamos muy bien y tenemos mucha confianza, que luego se traslada a la piragua", cuenta Javier, número uno.
  • "Cada uno es de cada padre y cada madre, no nos parecemos en nada".
  • Su objetivo, el Mundial, donde podrán conseguir el billete para Río 2016.
Iñigo, Javier, Rodrigo y Óscar (de izqda a dcha), los integrantes del K4 español en los Europeos de la República Checa de Piragüismo.
Iñigo, Javier, Rodrigo y Óscar (de izqda a dcha), los integrantes del K4 español en los Europeos de la República Checa de Piragüismo.
REAL FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE PIRAGÜISMO
Iñigo, Javier, Rodrigo y Óscar (de izqda a dcha), los integrantes del K4 español en los Europeos de la República Checa de Piragüismo.

Son algo así como los cuatro mosqueteros del remo, aunque, confiesan, "no tienen" ningún mote. Pero si un arma, la pala. El asturiano Javier Hernanz, el vasco Iñigo Peña y los gallegos Rodrigo Germade y Óscar Carrera, integrantes del K4, han logrado hacerse un hueco en la historia del deporte español gracias al bronce conseguido en la final de 1.000 metros en el Campeonato de Europa de Piragüismo de la República Checa, el primer metal para España en esta prueba en unos Europeos.

"Estamos muy contentos. Es la primera vez que se logra una medalla así y se vuelve a ver un K4 potente después de casi treinta años. ¡Así que imagínate!", cuenta a 20minutos un orgulloso Javier, el número uno del equipo.

En efecto, estos "cuatro amigos" llevan juntos un par de años y han devuelto al K4 español la ilusión apagada desde aquel mítico equipo de 1976, con la tripulación formada por Herminio Menéndez, Ramos Misione, José María Celorrio y José Ramón Díaz Flor.

La elección del equipo "es criterio del entrenador". "Hay muchas teorías, en función de la altura, del peso...", cuenta Hernanz. "Yo voy de marca (primero), porque tengo la técnica un poco más desarrollada que el resto, y también soy el mayor así que por experiencia puedo ayudar al equipo. Creo que les tranquilizo bastante y confían todos en mí; de segundo va Rodri, que es un espectáculo físico, es una bestia: mueve kilos en el gimnasio como si fuera una grúa. Me ayuda en la salida a arrancar con fuerza; de tres está Óscar, que es un tío de 1,90 y un portento de resistencia, una barbaridad; y, por último, está Iñigo, un tío genéticamente muy desarrollado para el piragüismo y que ayuda mucho al resto de componentes".

Eso, dentro de la piragua, pero, ¿fuera? "Cada uno es de cada padre y cada madre, no nos parecemos en nada", se sincera entre risas Javier. "Yo soy muy extrovertido, Óscar es muy tímido, Rodri también es tímido pero con más carácter e Iñigo es más tranquilo. Es decir, somos tan diferentes que no sé ni cómo definirlos".

Algo que no impide que los cuatro sean amigos, a pesar también de cierta diferencia de edad. "Es muy bueno porque, a pesar de la diferencia de edad —Javier tiene 32 y los demás están entre los 23 y los 25—, llevamos una relación muy buena, salimos por ahí a tomar una pizza o ir al cine. Hago una vida de veinteañero, que es lo que me toca. Pero bueno, me exime de responsabilidades", dice entre risas el número uno español. "Tenemos muy buen trato, y eso es una de las claves de este K4, nos reímos mucho, lo pasamos muy bien y tenemos mucha confianza, que luego se traslada a la piragua". También tiene que ver la enorme cantidad de tiempo que pasan juntos, ya que entrenan codo con codo durante todo el año. "Entrenamos todo el año juntos, misma planificación, mismo entrenamiento. A mí me gusta porque nos animamos unos a otros, sabemos en qué punto estamos, a qué nivel, y todos tiramos de carro".

Durante la prueba, silencio

Solo hay que ver una foto de los cuatro para entender que este deporte tiene mucho de físico. Pero no solo de eso viven los palistas. "Tenemos suerte con el tema de las sustancias dopantes porque no es el físico el que decide la victoria final. Hay gente que llega muy bien, pero el final lo marca la técnica y es ahí donde fallan", cree Javier, que asegura que "nuestra marcación, el K4, es la competición más técnica con diferencia, porque todos los parámetros a aplicar tienen que ser los cuatro integrantes a la vez".

Para los que piensen que esos apenas 3 minutos que dura la prueba están plagados de arengas entre ellos, Javier asegura que no, todo lo contrario, siendo el silencio el que reina en esos momentos. "Tenemos tan entrenado el ritmo que no decimos ni los cambios que hay que dar. Nuestra estrategia es no hablar durante toda la prueba. Eso sí, en los últimos 150 metros alguno da un grito de ánimo, pero a veces ni eso".

A pesar de las alegrías que les ha dado el Europeo, su "único objetivo este año" es el Campeonato del Mundo (se disputará entre el 19 y el 23 de agosto en Italia). "Estamos centrados en él porque es nuestro billete para los Juegos de Río. Después, si lo conseguimos, ya pensaremos en ello porque aún tendremos un año para prepararlo", cuenta el palista.

Al hablar de los deportes minoritarios o menos mediáticos, surge la inevitable pregunta: ¿Se puede vivir de ello? "Puedes vivir de él cuando estás dentro de las becas ADO, estando entre los ocho mejores. 25 o 30.000 euros al año está muy bien. Mejor aún con la beca de campeón del mundo, que son 60.000 euros anuales", se sincera Javier. Eso sí, "el año que no lo consigues, no cobras absolutamente nada, que es lo que nos pasó a nosotros el año pasado a nosotros cuando rompimos el timón cuando íbamos a ganar el Mundial", se resigna. "Este año no tenemos beca, así que vamos tirando cada uno como puede y gracias a la suerte de que no estamos en una situación familiar precaria. Eso sí, la vida del deportista es muy corta. ¿Y luego qué? Hay que tener una formación complementaria, claro".

Cal, cabeza visible del piragüismo español

David Cal, que acaba de anunciar su retirada del deporte profesional, es la cabeza visible de este deporte y, si se tiene en cuenta el medallero olímpico, estaría considerado como el mejor deportista español de la historia. El gallego compitió en piragüismo en la modalidad de aguas tranquilas, su especialidad es la canoa monoplaza en las distancias de 500 y 1000 m (C1 500 metros y C1 1.000 metros).

Cal ha conseguido una medalla de oro y cuatro de plata en tres participaciones en los Juegos Olímpicos (Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012). Para los de Río 2016 deja un vació importante. Un hueco que intentarán llenar estos chavales del K4. El piragüismo español también cuenta con nombres importantes como Saúl Craviotto, plata en Londres en K1 200 metros; Maialen Chourraut, bronce en slalon, en los mismos Juegos. Y también de otros que lograron diploma en la última cita olímpica: Ander Elosegi, Paco Cubelos, Alfonso Benavides, María Teresa Portela...

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