El equipo español masculino de gimnasia deportiva será uno de los primeros en competir.

Sus grandes posibilidades en lo colectivo, aumentan en el plano individual. Gervasio Deferr, Rafa Martínez y Manuel Carballo aspiran a todo. Con los tres estuvimos ayer, tres deportistas, tres historias diferentes.

La de ‘Gervi' la conoce casi todo el mundo. Ya tiene preparado su tobillo para el tercer tatuaje. Su cuerpo ya tiene dos muy especiales: aquellos que le recuerdan que en Sydney 2000 ganó una medalla de oro y cuatro años después, en Atenas, otra. Con tres oros, alcanzaría un logro inédito en el deporte español. Y lo sabe, pero no le afecta: "Yo ya llevo ocho años demostrando mi calidad. Si no gano medalla, no me voy a morir, no pasa nada. No será el fin del mundo, pero estoy preparado para lograrla, que conste".

Lo que sí parece alterar a Deferr es el clima: "Aquí hace un calor que te cagas, sudas sin parar y luego llegas al comedor y te tienes que poner un jersey. Es tremendo esto de la humedad en Pekín". Acaba de hacer un mal entrenamiento, pero es optimista: "Voy a darlo todo".

A su lado, el madrileño Rafa Martínez sabe que llega su gran ocasión: es el mejor gimnasta de Europa, con alguna excepción, y en 2004 rozó la medalla. "Me encuentro en una forma perfecta y creo que tengo un ejercicio de medalla. Lo he ensayado mil veces". No obstante, la medalla no va a ser fácil, aunque esto es una obviedad. "Hay dos rivales a los que es muy difícil ganar, el alemán Hambuechen y, sobre todo, Yang", dice Rafa. "Pero el chino no es invencible", apostilla Deferr raudo.

Y el último en llegar, el pequeño de una saga ya mítica, es Manuel Carballo. "Mi hermano me convenció para luchar y darlo todo por estar en unos Juegos Olímpicos, y ya veo el porqué. Esto es increíble". Manuel lleva ya varios días limpiando su ejercicio "de impurezas. Estoy ensayando las salidas, para clavarlas y no fallar, y la pista ayuda bastante".

El sábado, los tres ya estarán compitiendo. Una premura que tiene amargado a Deferr: "Por competir tan pronto tuve que renunciar a ser el abanderado , y eso me dio mucha pena. Me tengo que resarcir con una medalla". Si en septiembre ven a Gervi con un tatuaje en su tobillo izquierdo, será una buena noticia.