Los grandes clubes de fútbol siempre han tenido uno de sus bolsillos ocupado en un fondo perdido en el que invertir sin efecto inmediato y carente de garantía, pero lo han utilizado con el mismo ritmo vacilante que el Guadiana, siempre amagando con esconderse en zonas más placenteras. Cuando la situación deportiva es buena, los dirigentes tienden a apostar por pequeñas y jóvenes compras cuestionadas, extravagantes e incluso exóticas. Cuando no es tal, manda el capricho oneroso con aval.

Con la 'Décima' en el palmarés y un once plagado de estrellas, el Real Madrid piensa en el futuro buscando talento desconocido con una sola norma: tener los 16 cumplidos para evitar la mirada de la FIFA. Y así lo demuestra el último niño en desembarcar en Concha Espina, Martin Ødegaard. El delantero de apenas 16 años será blanco —a la espera de confirmación oficial— por 3,4 millones de euros y cursará madridismo en el Castilla, culminando un sprint de incorporaciones que ha convertido al club madrileño en el 'cazatalentos' de la presente temporada. Abner, Peeters y Marco Asensio dan vida a una prometedora política de fichajes cuyo fracaso pasaría a la larga desapercibido.

No siempre fue así, y solo habría que recordar la famosa frase de 'Zidanes y Pavones' para demostrar que durante mucho tiempo la intención fue fichar estrellas contrastadas y encontrar las perlas en casa. Sin embargo, la estrategia ha cambiado de forma ostensible en esta última etapa de Florentino Pérez. En 2011 y de la mano de Zinedine Zidane llegó Raphael Varane, un excelso defensa central cuya velocidad, contundencia y calidad en la salida de balón tiene obnubilado al Bernabéu. Aún por desarrollar sus capacidades, cuenta con un potencial que ya ha hecho que los grandes clubes europeos tengan chiribitas en los ojos por su escasez de minutos. Con 18 años el 'niño' del fútbol francés, procedente del Lens, se convirtió en el modelo a seguir con el objetivo de garantizar futuro 'low cost'.

Desde entonces los técnicos han vuelto a apostar por potenciales estrellas en varias ocasiones. Así llegaron en 2014 Abner Felipe Souza de Almeida, brasileño del Coritiba, y Mink Peeters, prometedor mediapunta del Ajax. Abner se ganó el apelativo de 'nuevo Roberto Carlos' saltándose la línea sucesoria marcada por Marcelo Vieira, quien llegó sin melena pero muy 'hecho' a sus 18 años. El lateral izquierdo vio frustrada su proyección internacional por una rotura de ligamento cruzado de la rodilla izquierda que le privó de firmar por la Roma. Pese a todo, se espera que sea un carrilero de futuro tanto en el club como en la 'Verde-Amarela' y al menos ofrezca el mismo rendimiento que el propio Marcelo.

Mink Peeters debutó el pasado diciembre ante el Ludogorets en la Youth League. Con apenas 16 años, está llamado a liderar a la selección 'oranje' en próximas citas internacionales. El niño prodigio tulipán se crió en el PSV pero rompió la puerta de la élite mostrando su zurda en el Ajax. Su afición por el Real Madrid le llevó a entrenar durante meses con el club blanco aun sin poder firmar por no tener la edad requerida para ello.

A estas dos joyas internacionales se sumó en diciembre Marco Asensio. El centrocampista del Mallorca firmó por seis temporadas pero continuará en la entidad balear esta campaña. Habitual en las categorías inferiores de la selección española, ha explotado este año en Segunda División hasta ser un seguro en los esquemas de Karpin. El propio Carlo Ancelotti se pronunció sobre su incorporación en términos positivos: "Es muy bueno".

Asensio es la primera perla nacional que aterriza en el Bernabéu desde Sergio Canales. El joven cántabro firmó por el Real Madrid en 2010 tras noches mágicas como la del Pizjuán con la camiseta del Racing de Santander. Mediapunta ágil, con visión de juego, gol y muchísimo talento, parecía una garantía de futuro y una oportunidad de oro para este fino centrocampista que acabaría viviendo una auténtica pesadilla. A Canales le pudieron las lesiones y Mourinho. "No me ha gustado Canales", dijo en una rueda de prensa el técnico portugués tras sustituirle en el descanso de un encuentro ante el Murcia. "Estoy contento con lo sucedido porque ahora puedo decirle a cada jugador a la cara que juega como trabaja", argumentó. Se marchó al Valencia y allí le frenó una grave lesión de rodilla. Ahora disfruta de una segunda oportunidad en la Real Sociedad.

En los años noventa tres potenciales estrellas brillaron por encima de todas. Por orden cronológico, la primera fue la del argentino Juan Eduardo Esnáider. Su papel en el Sudamericano Sub-20 le valió un billete a Madrid con solo 17 años. Sin embargo, pronto se le cerraron las puertas y se buscó una oportunidad en Zaragoza, donde obligó a los blancos a replantearse su marcha y recuperarlo por el doble de dinero de lo que había ingresado. Solo duró una temporada, la que le sirvió para cruzar Madrid de Norte a Sur y recalar en el Manzanares, pero los galones de ídolo se los ganaría de nuevo en La Romareda.

No mucho tiempo después, en 1996, y mientras Esnáider encarrilaba su carrera lejos del templo madridista, el club apostó por otro argentino: Esteban Cambiasso. El mediocentro de Argentinos Juniors recaló en el conjunto merengue junto a su hermano Nicolás, pero con él como estrella en potencia. Dos años más tarde volvía a Argentina con una cesión a Independiente y posterior parada en River Plate. Con más precisión en su fútbol y todavía el cartel de 'promesa' volvía en 2002 para ganar Supercopa de España y Liga. Su presencia en el once nunca fue fija y su participación se fue diluyendo hasta terminar en el Inter, donde fue segundo capitán.

Ese mismo año las miradas se fueron a África. Allí, un niño camerunés destacaba en el Kadji Sports Academy. Era Samuel Eto'o, y muy pocos se podían imaginar entonces que algún día se convertiría en uno de los mejores delanteros de la historia. Descarado y anárquico, apenas pudo demostrar su calidad en el césped del Bernabéu. Tras dos cesiones a Leganés y Espanyol, Eto'o optó por desvincularse prácticamente por completo de la entidad con una venta al Mallorca, que se hacía con el 50% de sus derechos federativos. Fue el primer paso para la explosión de un jugador clave en los éxitos del Barça de Guardiola.

"En dos años meterás tú los goles". Así de contundente se habría mostrado Cristiano Ronaldo al ver a Ødegaard en los entrenamientos de prueba en Valdebebas. El noruego tiene el fútbol en los genes, calidad a raudales y un bisturí por una zurda prodigiosa. Las oportunidades para mostrar su valía marcarán si el '7' tiene razón o si el nuevo rey del fútbol noruego es mera ilusión.