Habrá que esperar unos años para saber si Martínez de Irujo marca época en la pelota. Como hicieron el propio Ogeta o Retegi, pero no lo tiene fácil. Barriola, que ha regresado a la cumbre, será uno de sus rivales.

De momento, y a la espera de poder hacer historia, Irujo es el mejor, y en las tres disciplinas; por eso es el campeón. Le faltaba la txapela del cuatro y medio, y ayer la consiguió.

Quizá haya sido uno de sus partidos más difíciles. Arrancó sin tensión, sin pegada. Mientras, Barriola parecía haber despejado todas sus dudas y se afanaba por retrasar la pelota con fuerza, con velocidad y por sorprender en el ancho. Le salió todo bien y cogió gran ventaja: 7-14. Sólo entonces las apuestas, que salieron 100 a 40 euros a favor de Irujo, se equilibraron. Esa  condición de favorito fue exagerada, aunque para quien se juega los cuartos, Irujo siempre es una garantía.

Una falta de saque del zaguero de Leitza hizo que Irujo comenzara a jugar de verdad; arriesgó y mostró la belleza de la pelota. Cada tanto era diferente. Pero Barriola, tras su larga lesión, ha regresado, de verdad. Y se recompuso hasta  cobrar ventaja. Incluso pudo ganar con el 20-21 a su favor. Pero la suerte quiso que Irujo esté en la senda de convertirse en un pelotari épico, histórico.